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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

La arquitectura que sueña en miniaturas

La arquitectura que sueña en miniaturas
Pablo Delgado el

Las artes se basan en un pensamiento previo que surge de la mente del artista. Este a su vez necesita proyectar dicho pensamiento en un soporte físico, para así poder determinar qué camino puede llegar a tomar la obra. A esta acción la podemos llamar: realizar un boceto, que será los cimientos proyectados de la idea. En el diseño como en la arquitectura, necesitan apoyarse en esa proyección, ya sea a través del dibujo o con un modelo a escala reducida de una construcción física conocida como maqueta de el proyecto que va a realizar.

A través del montaje funcional, a menor o mayor escala de un objeto, artefacto u edificio, realizado con materiales pensados para mostrar su funcionalidad, volumetría, los mecanismos internos o externos, o bien para destacar aquello que, en su escala real, una vez construido o fabricado, presentará como innovación o mejora. La maqueta arquitectónica fue -sí, digo fue-, un elemento esencial para la arquitectura. Desde el Renacimiento en donde hubo la inicial proyección de dichos modelos hasta el resurgimiento en el siglo XX, las maquetas han evolucionado en el empleo de sus materiales, siendo su esencia la misma, proyectar y mostrar cómo se va a integrar el edificio a construir en el entorno urbano o natural.

Las maquetas arquitectónicas, ya sean grandes o pequeñas, son una celebración anticipada de esa idea de proyecto y han sido un valor efímero dentro de la arquitectura, pero gracias a la unión con la fotografía, se han podido conservar los inicios de grandes proyectos, así como poder ver y estudiar aquellos otros que no salieron a la luz, siendo de un gran valor documental para los arquitectos. Actualmente se han ido perdiendo en favor de las nuevas tecnologías, con el software en 3D en el que a través de una pantalla, ya sea en estático o en movimiento (vídeo), se ensalza un edifico o un proyecto que hará así experimentar sensaciones en los clientes y en el público en general que una maqueta totalmente estática no alcanzaría de forma psicológica.

El Museo ICO en Madrid, recupera y cataloga esa unión de maqueta y fotografía con Cámara y modelo. Fotografía de maquetas de arquitectura en España, 1925-1970 (hasta el 14 de mayo). Una exposición de fotografía cuyo tema son las maquetas de arquitectura realizadas en España entre dichos años. Décadas en las que nació y se desarrolló el movimiento moderno en arquitectura. La exposición explora y analiza estos dos sistemas de representación de la arquitectura, las maquetas y sus fotografías. En ella se exponen una selección de 100 fotografías de maquetas de destacados proyectos, conformando una narrativa visual paralela del devenir moderno de la arquitectura española. Cuenta con obras de grandes fotógrafos como Català-Roca, Kindel, Pando, Lladó, Maspons-Ubiña o Gómez, y de arquitectos como Aizpurúa, de la Sota, Higueras, Sert, Fisac o Carvajal.

Los contenidos intrínsecos propios del mundo de los valores simbólicos que podemos encontrar en muchas de las fotografías de maquetas, ayudan a formular nuevas interpretaciones de la arquitectura de dicho movimiento moderno, a entender y analizar tendencias, a precisar referencias y síntomas para una evolución cultural dentro de un siglo cargado de creatividad. La fotografía es la mirada que ha documentado esa escenificación que parte de la maqueta, llegando a trascender en el observador. La fotografía congela la lectura servida por y para la imaginación, siendo junto a la maqueta agentes instrumentales que representan una extraordinaria síntesis de ese “umbral del ser”, del tránsito arquitectónico entre la idea y su construcción. No hay arquitecto, que no se haya dejado absorber por el seductor diálogo creativo, metodológico y posesivo con sus maquetas. Si la maqueta es ya de por si una ilusión, un sueño en miniatura de lo que la arquitectura quiere llegar a ser, la fotografía, como versión particular y emancipadora de esa realidad, superpone un nuevo grado de interpretación a la aspiración latente que la maqueta encierra. “Una maqueta de arquitectura es un sueño: el sueño del proyectista. Una fotografía de una maqueta de arquitectura es un sueño: el sueño del fotógrafo”.

Las maquetas arquitectónicas son representaciones conceptuales de una determinada arquitectura y sus fotografías deben aspirar a reconceptualizar su identidad mediante un doble proceso de percepción figurativa y abstracción.

En la exposición así como en su catálogo (editado por La Fábrica) nos sumergiremos en la cultura del proyecto construido, a través de un discurso en el que ponen en común imágenes que son capaces de trazar los miembros de ese diálogo reivindicativo para que se haga justicia desde la crítica de fotografías y maquetas, como la moderna autonomía que trasciende su mera condición instrumental y sobre todo documental.

Un viaje enriquecedor que hace mirar al observador de forma muy diferente esas maquetas que lanzan un mensaje final de carácter figurativo de lo que la arquitectura aspira a ser. La maqueta junto a su fotografía que pone en valor la condición metodológica de la representación, se convierte en instrumento analítico del proyecto proyectual: la imagen chequea, asevera o rechaza las expectativas conceptuales del arquitecto. Mediante la puesta en común de dichas imágenes, junto a maquetas originales que acompañan a sus fotografías, permite así la verificación por parte del observador de la interpretación que hace la cámara y el ojo del fotógrafo del objeto real proyectado por el arquitecto, así como el uso cuidadoso del encuadre, la iluminación, y la vista en contrapicado que enfatiza las líneas horizontales del edificio, revelan cómo el poder de abstracción de la fotografía se emplea para la representación de conceptos de diseño que se acaban volviendo paradigmáticos de la nueva arquitectura. En palabras del fotógrafo Andreas Feininger, las vistas de las maquetas lograban “la transformación de ideas en imágenes”.

La maqueta como la fotografía se ofrecen como dos alternativas al dibujo y a la propia tradición de aprendizaje arquitectónico vinculado al dominio del conocimiento gráfico. Al mismo tiempo, se oponían al conjunto de connotaciones románticas en torno a la noción de estilo personal, subjetivismo e individualidad creativa, contraria a la tipificación o estandarización promovida por algunos arquitectos de vanguardia. Las referencias a una “arquitectura sin dibujo” de Walter Gropius o constructiva por parte de Moholy-Nagy, promovieron el uso de sistemas no asociados a la carga subjetiva de la imagen dibujada, sino a su formación instrumentalizada. De este modo la fotografía pretendía ocupar un lugar asumiendo el lenguaje de la Nueva Visión en las imágenes de carácter programático y escenográfico, para fragmentar desde una concepción cinética las vistas de la maqueta, y por otra parte mostrarse como “modelo estético” de sus nuevas inclinaciones convirtiendo la fotografía de maqueta en una forma de sintetizar el estilo e identificar la idea arquitectónica con los principios formales de la tendencia artística.

En definitiva, la fotografía de maquetas cumple la doble función de ofrecer una verificación visual del modelo geométrico o modular, bien apareciendo aislado como concreción de una solución técnica comparado con la morfología de los elementos naturales “descubierta” por la cámara, o bien integrada en un escenario ilusionsita.

Una gran ocasión para conocer además, una veintena de portadas de revistas de época ilustradas con fotografías de maquetas que sirven también en este mismo espacio expositivo para valorar la gran importancia de las imágenes como elementos gráficos e instrumentos para el marketing y la difusión de la arquitectura moderna en los medios especializados.

“Cámara y modelo. Fotografía de maquetas de arquitectura en España, 1925–1970” // La Fábrica // Varios autores // Español/Inglés // 39 euros

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