Todo aquel al que preguntes, te dirá que ha crecido escuchando música, ya sea a través de sus padres o si tenía hermanos mayores, o simplemente por un amigo. El oído, y por tanto, el gusto intelectual, se iba influenciando por dicha música que escuchaba a casi todas las horas en casa, en el coche, en un bar… Una vez van pasando los años, los gustos se van independizando y cada uno va tomando sus propias decisiones en cuánto a qué grupos y tipo de música le debe acompañar en su vida y en cada momento. Muchas canciones pertenecen a un momento concreto. Desde que se publican por primera vez o se descubren años más atrás aquellos clásicos imprescindibles, una vez vas formando tu discoteca particular, pasarás a decir la frase repetida de: «este grupo forma parte de la banda sonora de mi vida».
Canciones y grupos que marcan nuestros estados de ánimo, pero no solo la música lo hace, también lo han hecho esas míticas portadas que envuelven toda esa amalgama de sonidos ordenados y transmisores de emociones. Porque ¿qué sería haber visto un cassette, o un cd o un vinilo sin portada? Bueno, sería una grabación pirata. Pero, si de verdad se valora todo el trabajo que hay detrás, las imágenes de las portadas de los discos suelen decir mucho del tipo de música, y sobre todo, de la imagen que el grupo en si mismo quiere transmitir al público.
Imágenes que se han convertido en icónicas y que llegan a formar parte de la cultura visual popular. ¿Quién no reconoce un álbum y su grupo solo por ver la portada?, ¿quién no recuerda ese prisma dibujado sobre fondo negro en el que incide un rayo de luz y al atravesarlo se descompone ese haz en los colores del arcoíris? Seguro que sabes a qué grupo pertenece, con que tengas un poquito de cultura musical reconoces. Sí. Estoy hablando del disco de Pink Floyd, The dark side of the moon. Mítico.
Los espacios que ofrecía el vinilo, sobre todo, como soporte de expresión artística, fue llevado a su máximo apogeo en la década de los 70 con la irrupción a tope del rock y del punk. Las portadas eran espacios para artistas, fotógrafos, ilustradores, diseñadores que aportaban su visión y perspectiva de la música a través de la imagen. Venía de años atrás, pero en dicha década se empieza a experimentar, a probar. Todo esto se puede disfrutar en la reciente edición accesible, compacta y a un precio excepcional, sin escatimar en el compromiso editorial de una producción impecable realizada, como no, por Taschen, con el título Rock Covers.
En un formato original, cuidado, de gran presentación y más manejable, ya que su edición antecesora era de unos 4 kilos de papel. Es un libro que pertenece a su colección conmemorativa por el 40 aniversario de la editorial, en el que podemos encontrar más de 750 cubiertas notables de discos legendarios a semidesconocidos. No están todos los que son, pero sí, una gran parte de aquellos que marcaron época de artistas tan diversos como Elvis Presley, The Beatles, The Sex Pistols, Pink Floyd, The Cure, Iron Maiden, Sonic Youth, Little Richard, David Bowie, AC/DC, entre otros, y que se dan cita en estas magníficas páginas. Imágenes que ilustran las portadas de los discos y que están indisolublemente ligadas a esa memoria musical colectiva.
Cubiertas de discos que han sido seleccionadas a partir de colecciones de un par de adictos y obsesivos, cuyos ejemplares se remontan a más de medio siglo atrás y son un testimonio activo de los primeros pasos firmes del rock hasta la actualidad. Un libro creado por y para el rock, para los amantes de esta música, del diseño y de la gran cultura en general. Hay trabajos envueltos en el misterio, ya que fueron editados en privado, otros que son rarezas o imitaciones que se pudieron dejar influenciar por otras. Todo es un gran homenaje visual a todos aquellos trabajos, que en muchos casos son asombrosas obras de arte de la cultura visual, independiente del artista que encierren.
«La cubierta de un disco tiene el enorme poder de transmitir al oyente a la estación correcta, pero ¿qué sucede cuando los temas no están a la altura de la presentación?, ¿cuántas veces has tenido un disco en las manos y te has sentido maravillado ante los detalles descabellados, el genio cándido o simplemente el gran aplomo del grafismo, y sin embargo, te has decidido a comprarlo únicamente por la cubierta?
Rock Covers acude a esa extracción memorística de aquellas historias de muchos discos míticos que tenían una gran historia detrás, acudiendo a ilustradores, artistas discográficos, diseñadores gráficos como Vaughan Oliver o fotógrafos como Henry Diltz, el cazador de imágenes, que llegó a realizar la mítica portada de The Doors en el Morrison Hotel. Diltz nos cuenta cómo prefería «fotografías al aire libre y raramente optaba por la estéril parafernalia de la fotografía de estudio. Tras perfeccionar el oficio en festivales, las imágenes de Diltz destacan por su intimidad improvisada, dando la impresión de que no invaden el territorio de sus queridos protagonistas». Fue el fotógrafo oficial de Woodstock.
Una ocasión genial para dejarse llevar por la música pero sin la música. Para contemplar la evolución gráfica de un soporte cono fue el vinilo y que forma parte del recuerdo colectivo. Gracias a esta recopilación de imágenes, el adicto al diseño gráfico podrá saborear e influenciarse por la gran evolución de la fotografía y de las ilustraciones que allá por los años 50 solo presentaban en el disco a los artistas, para luego llegar a la actualidad, a conceptos más abstractos de portada, como el mencionado del grupo Pink Floyd. Cada página que pasas del libro es movimiento, color, ruido, equilibrio, sobriedad, calma, ruptura, psicodelia, estrambótico y muchos más adjetivos que son capaces de englobar y describir el fenómeno musical del rock.
Un completo recorrido gráfico-sonoro, en el que cada vez que el lector vea las portadas, se sumará su mente esa canción o canciones del álbum que está contemplando. Una sintética recopilación en la que disfrutará de cada portada acompañada de una ficha en la que se indica el diseñador, fotógrafo o ilustrador, año, discográfica y otros muchos datos. Breves descripciones que sirven para prestar atención especial a 250 discos que cambiaron el rumbo de la historia, bien para la banda, el artista o su género musical.
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