A lo largo de los años el cómic ha sido considerado como una forma de entretenimiento popular. Un elemento de baja cultura, de fácil lectura que está destinado a entretener, sobre todo, a los más jóvenes. Desde su creación allá por finales del siglo XIX a modo de tiras cómicas publicadas en los primeros periódicos que iban apareciendo, el cómic ha sufrido una evolución tremenda, hasta llegar al punto de inflexión propiciado por Will Eisner al contar historias más elaboradas y de crítica social. Dichas historias empezaron a llegar a un público más amplio e incluso se ha llegado a rebautizar el formato cómic como novela gráfica, para intentar quitar así esa envoltura de lectura fácil y entretenimiento para los más pequeños.
Considerado de indigno debate, por suerte todo ha cambiado. Y los museos, se han dado cuenta que es otra forma de expresión artística, y por lo tanto, se debe su respeto y su sitio en el desarrollo de la cultura actual. Ya lo decía el propio Eisner: el cómic se sirve de una serie de imágenes repetidas y símbolos reconocibles y cuando éstos se usan una y otra vez para dar a entender ideas similares, se convierten en un lenguaje o, si se prefiere, en una forma literaria. Y es esta aplicación disciplinada la que crea la gramática a la que llamó arte secuencial. Un arte que se sirve además, del diseño, del dibujo, de la caricatura y de la escritura, formando así un lenguaje determinado basado en la experiencia visual, de la que participan tanto el profesional como el público. Hecho y espíritu, que trasladó el magnífico dibujante valenciano Paco Roca con el proyecto que realizó en el IVAM entre los meses de marzo y junio de 2019 junto con la coordinación de Álvaro Pons.
En esas fechas, los dibujos de Roca inundaron el museo modificando la percepción de los espectadores, mostrando y compartiendo un instrumento valido como es la imagen como conocimiento y placer ocupando las paredes del edificio sirviéndose de esta como soportes para un modo de expresión visual a modo de guía de una una reflexión para el visitante y el dibujante, en un viaje visual enriquecedor y diferente. Otra forma de disfrutar el cómic, extrayéndolo de su formato original para experimentar nuevas sensaciones.
Proyecto que Astiberri ha editado en libro El dibujado, dandole así una lectura más íntima y homogénea de este proyecto original en el que Roca comparte de forma excepcional y transmite al espectador, sin una sola palabra, cómo puede sentirse ese «ser» dibujado proyección de su creador. Con un comienzo excepcional en el que no puede salir de la viñeta hacia el exterior, encontrándose el dibujado encasillado y encorsetado por ese marco delimitador de historias, se le ocurre la genial idea de dibujar un lienzo y salir por el a modo de ventana para explorar o simplemente darse a conocer.
«Dado que la creación artística no explica su interés por el material o la técnica con que está realizada, sino por su capacidad de atraparnos y descubrirnos nuevos mundos, nuevas historias y experiencias, es evidente que esto se puede realizar maravillosamente con una hoja de papel y un simple lápiz», escribe José Miguel G. Cortés, el que fuera director del IVAM de 2014 a 2020.
El dibujado atrapa y proyecta una metáfora del ser creador de historias, a través de la muerte de aquel que dibuja, se arroja toda una explosión visual reflexiva sobre el camino que puede haber después, hacia donde vamos, cómo podemos llegar, o si simplemente, todo vuelve a como estaba antes y no hay nada más. Simplemente no se puede salir de la viñeta.
El arte ha sido y es en muchos casos significado de evasión, de reconforte, de visualizar un paisaje en el que nunca hemos estado e imaginarnos que podemos estar ahí y que lo vivimos o incluso recordamos tras una experiencia física. El cómic como el arte tiene la posibilidad de crear mundos, de proyectarlos y representarlos, de compartir con los demás aquellas historias o recuerdos que el autor o el artista quieren llegar a expresar, haciéndolo a través de un punto de vista visual. Porque al fin y al cabo el arte pictórico son imágenes.
El dibujado // Paco Roca // Astiberri // 2021 // 30 euros
ArteCómic