Cuando uno entra en Nakama Sagasta se da cuenta enseguida de que no está ante el típico restaurante japonés. Y no se trata de una percepción accidental. A pesar de ser fieles defensores del producto fresco de primera calidad, desde el atún rojo a la apreciada carne de wagyu, los matices caribeños y sudamericanos están presentes en mayor o menor medida en la mayoría de sus platos. Abierto hace más de un año en la madrileña calle Sagasta, este nuevo establecimiento de Nakama buscaba replicar el éxito de su restaurante en Las Rozas, un referente de la cocina asiática, fusionada con maestría con clásicos de la gastronomía latinoamericana por el chef y copropietario Roberto Valladares.
Vamos al lío, ¿qué comimos?
Tempura de verduras
De crujiente picoteo, en porciones individuales antes de comenzar la cena. Verduras finas, bien rebozadas y con un toque dulce.
Ceviche de corvina con mango y maracuyá
Un auténtico refresco. Bien conjugado, sin excesos y con la corvina como actriz principal del plato. Un ceviche generoso, con matices caribeños alejados del clásico peruano y una leche de tigre menos ácida y mucho más dulce y con sabor a fruta.
Vieira con mayonesa y salsa de anguila
Presentadas en la tradicional concha de viera, lo que más destaca en este composiciòn es la generosidad a la hora de incluir vieiras que, perfectamente acompañadas por una salsa de anguila, sobrepasa las expectativas del más ambicioso.
Langostinos tigre con mayonesa picante
Una auténtica delicia. La calidad de los langostinos, espectacular, perfectamente rebozados en tempura, no desmerece ante una salsa mayonesa picante que integra a la perfección todo el plato.
Tartar de atún con salsa de soja cítrica
El protagonista de este plato, como debe ser, es el atún. En generosos pedazos, con una sabrosa combinación de soja cítrica, aguacate, brotes y yema de huevo. Para mezclar sin miedo y disfrutar.
Sushi variado
Varias rondas de las interpretaciones de Nakama con arroz. Por un lado, los nigiris de pescado. Unos de salmón braseado y miso dulce y otros de pez limón. En el lado carnívoro, otros dos tipos de nigiris. El de foie con frutos rojos y el de wagyu de Kagoshima.
Además, gunkan de hamburguesita de wagyu con foie y mayonesa trufada y un maki de cangrejo “soft shell crab”.
Bacalao negro de Alaska gratinado con miso rojo
Un plato sutil, sencillo y exquisito. Perfectamente preparado en un punto delicado de cocción que resaltaba la frescura del pescado y el dulzor del gratén. Un suave aunque intenso sabor, que no resta protagonismo al pescado pero que conjuga a la perfección con la textura y la grasa natural del bacalao.
Tarta de queso
Buena interpretación de un postre clásico. La tarta de queso de Nakama Sagasta convence al más escéptico, logrando una cremosidad espectacular.
Tarta de chocolate
Perfecta para los amantes del cacao, se trata de una tarta con personalidad en la que el chocolate es el protagonista absoluto. La presentación adquiere bastante importancia en diferentes texturas y grados de intensidad, desde la crema interior a los lacasitos que coronan este dulce postre.
Los vinos
Tuvimos ocasión de probar dos blancos de su carta de vino ecológico. El L’abrunet de Frisach, un Terra Alta de garnacha blanca y el mallorquín Castell de Santueri blanco con prensal y callet.
En definitiva, Nakama es una casa en la que se disfruta y se paga un producto de excepción. Y, cómo no, os dejamos las coordenadas.
- Dirección: Calle Sagasta, 23. Madrid
- Teléfono: 916 05 92 68.
- Precio medio: 40-50 euros.