La última experiencia que hemos compartido en tiempos de pandemia ha sido una cata de vinos italianos. Para eso nos fuimos a Just Italia, en la calle Castelló de Madrid. Ahí, en un local mitad tienda, mitad restaurante, nos juntamos con otras cuatro personas (en mesas de dos, siempre respetando las medidas de seguridad) para viajar a lo largo de “la bota” degustando cinco caldos, dos blancos y tres tintos. Raúl Orantes fue nuestro maestro de ceremonias en esta travesía por cinco regiones diferentes que acompañamos con una tabla de cuatro quesos italianos que se sirve en cada una de las mesas de la cata.
No queremos desvelar demasiados detalles de los vinos que tuvimos ocasión de conocer pero sirva como guía esta pequeña nota de cata, no profesional, para conocer un poco lo que descubre el cliente cuando se enfrenta a esta divertida sesión. Si uno quiere enfrentarse a ciegas, recomendamos pasar directamente a las imágenes de los platos que pudimos probar de su restaurante. Luego no digan que no hemos avisado…
- BLANCOS
El primer blanco que nos pusieron en la copa fue un Verdicchio dei Castelli di Jesi classico de la bodega Piccini. Un vino de la zona de Ancona, amarillo pajizo con ecos de manzanilla, flor seca y manzana de asar. Notas vegetales, frutales y algo especiado. Seco, de graduación media y no mucha persistencia. Tampoco demasiado intenso. De complejidad media.
Continuamos con un Cavit Mastri Vernacoli Pinot Grigio de Trentino, al norte de Italia. Amarillo pálido, con notas florales, blancas y de jazmín. Incluso pera y manzana verde. Seco, equilibrado, más intenso que el anterior pero menos persistente.
- TINTOS
Respecto a los tintos, comenzamos con un Chianti de bodegas Piccini. De la Toscana, con uva sangiovese. Notas de hoja mojada, ciruela y cereza. De acidez media y tanino también medio. Equilibrado, con intensidad media, por tanto, y cierta persistencia.
Para el segundo tuvimos que viajar hasta Sicilia. Un Roccaperciata Nero D’Avola. De zona volcánica, en nariz nos traslada al famoso Etna por los aromas a ceniza, humo y azufre. En boca tiene sabor más dulce, a mora o frambuesa. De tanino medio, como la intensidad.
Y el último vino que tomamos fue un Quota 29 de uva primitivo. De la zona de Puglia. De color intenso, bastante oscuro. Recuerda a las pasas y los higos. De tanino bajo, como su acidez y su alcohol. Es semiseco, con bastante cuerpo. Tiene mucha persistencia pero poca complejidad. Es muy expresivo.
- PLATOS DEL RESTAURANTE
También hemos podido probar alguno de los platos que Just Italia ofrece en su carta. Para abrir boca comenzamos con una tabla de embutidos y quesos italianos. En esta ocasión probamos una con mortadella, salame Milano, coppa, Grana Padano, Pecorino trufado y Scamorza. Acompañada de taralli classici.
De acompañamiento, una focaccia clásica recién horneada con aceite y hierbas.
Otro de los entrantes fríos que ofrecen es la burrata. Sobre una tostada de pan y acompañada de rúcula y tomate cherry.
Como primer plato compartimos un vitello tonnato. Esa carne fina y cocinada (no es cruda) con una mayonesa de atún y alcaparras.
Y antes del café, unos raviolis de embutido y carne con salsa de nata, trufa y nueces.
Y tras un ristretto poco antes de la hora límite para los establecimientos madrileños, no quedaba otra que volver a casa antes del toque de queda. El consejo que podemos darles no es otro muy diferente al que damos habitualmente… no sean vergonzosos en la cata y disfruten, que de eso se trata.
- Dirección: Calle de Castelló, 113. Madrid.
- Teléfono: 911 57 69 28.
- Precio medio: 15-20€ (restaurante). 24,90€ por persona la cata de cinco vinos y degustación de quesos.