Se cumple un año desde que empecé a escribir este blog sobre el mundo laboral y cuento en el editor setenta y cinco entradas. Mirando los primeros títulos, me paro a releer así nos ven ellos, que recogía algunas opiniones de amigos varones sobre las diferencias en la forma de trabajar de las mujeres respecto a los hombres.
Desde entonces he tenido la oportunidad de preguntar a varias mujeres sobre el tema y he escuchado comentarios como éstos: Las mujeres somos más prácticas, más organizadas. Tenemos menos confianza en nosotras mismas, a menudo nos menospreciamos. Cuando sale una mujer con vocación en el trabajo, se entrega al cien por cien, de forma inigualable por sus compañeros hombres. Nosotras cobramos menos. Somos más envidiosas. Contamos demasiado nuestros problemas, hablamos demasiado. Todas hemos llorado alguna vez en el trabajo.
Conocí hace unos meses a una emprendedora que había montado una empresa de marketing. Me contó que no buscaba expresamente contratar mujeres, pero para los salarios que podía permitirse ofrecer, los currículums de las candidatas que se presentaban le gustaban más que los de los aspirantes varones. Así que se encontró al cabo de dos años con una empresa de quince profesionales, todas féminas. Y aunque el negocio funcionaba bien y crecía a buen ritmo, el ambiente en la oficina estaba enrarecido, según ella parecía un harén. Así que para compensar decidió a fichar a un puñado de hombres, sin mirar tanto la pretendida perfección del perfil, pues no se debe tender a contratar empleados a imagen de uno mismo. Y funcionó a la perfección.
Mi opinión es que los hombres y las mujeres pueden ser en el trabajo tan diferentes como lo son en la vida (que lo son). Lo que los dirigentes de las empresas están empezando a comprender es que estas diferencias hacen la suma perfecta en los negocios. Recomiendo a mis lectores el artículo de Drew Gannon en The Fiscal Times Cómo hombres y mujeres difieren en el trabajo que, aunque tiene ya unos años, resume muy bien las características de cada género en la vida laboral.
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