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Blogs Un poco de silencio, por favor... por Israel Viana

Las «atrocidades musicales» de Beck

Las «atrocidades musicales» de Beck
Beck, durante su actuación en el festival DCode / EFE
Israel Viana el

Apenas tengo un leve recuerdo de la primera y única vez que vi a Beck en directo. Fue en Madrid hace más de 10 años, creo (rebuscaré entre mis entradas, cuando aún no se compraban por internet y daba gusto guardarlas). Un recuerdo que no es musical, solo una imagen borrosa de un montón de músicos disfrazados de marcianos en una especie de desparrame final, o algo así. Ni tan siquiera recuerdo la canción, solo ese regusto a fiesta gamberra con el que cerró el concierto.

Ese es el Beck que yo quería ver en el festival DCode este sábado y por el que adelanté mi regreso de vacaciones. Deseaba comprobar si aquella evocación era exacta o tan solo la imagen idealizada que yo había querido conservar de lo que para mí representa este músico con cara de niño bueno y el demonio dentro, que me enganchó con sus jugueteos musicales en el grandioso «Odelay» de 1996.

Ahora ya luce 44 primaveras, pero solo me hizo falta escuchar los primeros acordes de «Devil´s Haircut» para comprobar que estaba en lo cierto. La memoria no me fallaba no me fallaba, no era un espejismo. Ese es el Beck que yo quería, el que hizo que se me retorciera el estómago desde el principio, y el que puso a bailar a todo el DCode con las primeras notas de este temazo a cuya complejidad lírica hizo referencia el mismísimo Bob Dylan.

 

 

Rock, hip-hop, funk… eso es lo que querían los presentes, o por lo menos yo ¡Ya habría tiempo después para el pop y el country! Por algo lleva el tío más de 20 años dándole a todo. Pero era la última fiesta del verano (o así trataron de venderla) y Beck parecía saberlo. Por eso siguió con los ritmos pegadizos de «Black Tambourine» y no esperó ni un minuto más para dejar que todos se vinieran arriba con el rap de «Loser», ese tema que compuso casi accidentalmente en casa de un amigo cuando las pasaba canutas para sobrevivir, y le hizo mundialmente famoso de la noche a la mañana. Y sinceramente, es un gustazo ver a 15.000 personas gritando eso de «soy un perdedor». Deja un regusto nostálgico y moderno al mismo tiempo.

Pero el buen rollo que se gastó Beck en la primera media hora era difícil de mantener, aunque lo consiguiera por momentos gracias a reinterpretaciones de clásicos como «I feel love» de Donna Summer o el bailongo «Miss you» de los Rolling Stone con coreografía incluida. Las proyecciones psicodélicas y con aire ochentero ayudaron. Pero sonaron también las tristes «Blue Moon» o «Lost Cause», y pasajes muy grises que se podía haber ahorrado como «Wave» o «Waking Light».

Parecía que la fiesta se iba a venir abajo, pero no. Beck aún tenía un par de ases en la manga para que la gente se desmelenara por última vez con varias «atrocidades musicales», como él las llamó. Nadie se iba a ir cabizbajo de allí. Primero cayó «Timebomb» y el público se vino de nuevo arriba. Y llegó el subidón final con «Sexx Laws» y «Where It’s at», que hicieron que la hora y media justa de fiesta supieran a poco. Bien podría Beck haber mutado la piel un poco más por la de ese James Brown del futuro como el que a mí me gusta verle, pero, al menos, ese regustillo travieso y molón de hace una década aún permanecerá unos años más.

(Ah, también tocaron Vetusta Morla).

Set List del Concierto:

1. Devil’s Haircut
2. Black Tambourine
3. Loser
4. Gamma Ray
5. Hell Yes
6. Qué Onda Güero
7. Think I’m in Love / I Feel Love (versión de Donna Summer)
8. Soul of a Man
9. Blue Moon
10. Lost Cause
11. Wave
12. Waking Light
13. Girl
14. Timebomb
15. E-Pro

Bises:
16. Sexx Laws
17. Where It’s At

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