Hay dos afirmaciones que se reiteran frecuentemente en los medios: que estamos en la “era de la información” y que la sociedad española parece “anestesiada”. Aunque pueden parecer proposiciones contradictorias no lo son. Porque es posible -y creo que hasta indiscutible- que la sociedad tiene una extraordinaria cantidad de información a su alcance y que, al mismo tiempo, no haga uso de ella en la medida deseable.
Pues bien, estos días lo acabamos de comprobar respecto de la banda terrorista ETA. Y es que la prestigiosa empresa GAD3 acaba de hacer una encuesta sobre el desafío que supuso esta banda criminal para la democracia española. En efecto, de los resultados de la encuesta resalta que 7 de cada 10 españoles no reconocen a José Antonio Ortega Lara, cuya imagen, totalmente degradado, con una larga barba, golpeó a la ciudadanía, al verlo llegar a su domicilio familiar en Burgos solo unos días después de ser liberado y tras pasar un exhaustivo reconocimiento médico en el hospital.
De la misma época es la figura de Miguel Ángel Blanco, el concejal de Ermua vilmente asesinado por la banda criminal ETA. Y así, mientras que más del 75% de los adultos encuestados, entre 35 y 80 años, saben decir quién es cuando se le muestra la fotografía más popular del edil del PP, 6 de cada 10 encuestados entre los 18 y 35 años no reconocen a Miguel Ángel Blanco. A este sorprendente dato hay que añadir que más de 7 de cada 10 jóvenes de esa franja de edad desconocen que ese hecho provocó el denominado “Espíritu de Ermua”.
No es fácil explicar este desconocimiento por parte de nuestra juventud de dos de los peores momentos de nuestra historia reciente (a Miguel Ángel Blanco lo asesina ETA en 1997). Pero todo parece indicar que la juventud actual no está “fanáticamente” interesada en conocer y recordar momentos trágicos de nuestro inmediato pasado. No creo que esa actitud sea acertada pero es la que es y, sin duda, se deberá a algo.
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