Me voy a servir del titulo de la famosa obra de Quevedo “El alguacil alguacilado” (título que lleva desde 1631 la obra “El alguacil endemoniado”) para reflejar que el juez Marlaska, ministro del Interior, ha sido juzgado por la Audiencia Nacional, la cual por sentencia de 31 de marzo de 2021 anuló las resoluciones por las que se cesó en su cargo al conocido Coronel Pérez de los Cobos.
Lo primero que debo señalar es que siento un descomunal bochorno (desazón producido por algo que ofende, molesta o avergüenza) democrático por el sentido de la reciente sentencia de la Audiencia Nacional en la que se anulan y se dejan sin efecto, por no ser conformes a Derecho, las resoluciones por las que se cesó a Don Diego Pérez de los Cobos Orihuel en el puesto de la Jefatura de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid (Tres Cantos-Madrid), condenando a La Administración del Estado a reintegrarlo en su puesto, así como al abono al mismo de las diferencias retributivas dejadas de percibir desde la fecha de efectividad del cese.
La razón de mi bochorno democrático es que esta primera sentencia (es recurrible y parece que el gobierno va a recurrirla) anula la decisión del Ministro Marlaska por considerar que negarse a hacer una ilegalidad era un motivo legítimo de pérdida de confianza. Como recordarán el citado Coronel se negó a entregar al ministro Marlaska un informe secreto sobre la manifestación del 8 de marzo del año pasado, cuya carácter reservado había sido reforzado con la prohibición expresa de la magistrada del caso de entregárselo a cualquier otra persona que no fuera ella.
Pues bien, por no cometer la ilegalidad de entregárselo al Ministro Marlaska el Coronel perdió su confianza. Lo cual significa que el ministro desconfía de los que cumplen la ley y deposita su confianza en los que están dispuestos a infringirla. Adviertan estimados lectores que ¡cumplir la ley y negarse a infringirla es motivo de desconfianza! El mundo al revés y el que actúa de este modo es un ministro que ademas es juez.
No se me van de la cabeza las ampulosas palabras de Pedro Sánchez justificando la moción de censura contra Mariano Rajoy porque venía a “regenerar” la democracia. Como escribió en la Tercera de ABC de ayer el profesor Alejandro Nieto “En definitiva la publicidad (engañosa) y la manipulación (perversa) son las claves de la política actual. Más bajo no se puede caer. Nadie busque debates ideológicos o éticos, nadie se moleste en escudriñar la historia ni contextos próximos o distantes. La política es un mercado y en un mercado lo único que cuenta son las ventas y no la calidad de los productos”.
Si me lo permiten lo de “regenerar” la democracia fue pura palabrería para justificar una decisión que consistía simplemente en “el quítate tú que me pongo yo”.
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