En alguna ocasión, afirmé que la actividad política se había convertido en una representación teatral. Y que nosotros, además de sufridos votantes, nos hemos convertido en atónitos espectadores de las funciones que tenemos que soportar a diario de nuestros representantes.
Pero los actores que padecemos actualmente son francamente malos. Empiezan por no saberse el papel y entonces, en lugar de seguir un guión especialmente elaborado, improvisan, hablan sin ton ni son, razón por la cual son capaces de decir hoy una cosa y en la próxima función la contraria.
No sólo improvisan, es que no tienen memoria. Cuando comparecen ante nosotros no recuerdan lo que nos dijeron el día anterior. Y por si todo esto no fuera suficiente parece que salen a hablar al escenario sin apuntador, sin alguien que en voz baje les vaya recordando lo que tienen que decirnos.
Seguramente, algunos de ustedes pensarán que estoy exagerando. Es posible. Pero cómo pueden explicar, por ejemplo, los vídeos que publica hoy OKDiario en los que se ven las contradicciones en que incurre en sus comparecencias públicas Pedro Sánchez negando una y otra vez que pactará con Unidas Podemos, ERC y Bildu.
Y en una representación teatral posterior, como si se le hubiera olvidado, comparece y exhibe sus pactos con los que acababa de renegar.
Lo mismo le sucede a Pablo Iglesias que en una escenificación asegura que le gusta vivir en Vallecas y verle los ojos a su kioskero y a su panadero y poco más tarde su desmemoria le hace abandonar su piso para irse a vivir a un chalet espacioso en un lugar de las afueras de Madrid que nada tiene que ver con Vallecas.
Pero la desmemoria no solo afecta a estos dos líderes. También a Irene Montero que sale en una obra criticando a las que llegan al puesto político por ser “mujeres de…” y al poco tiempo ella misma sin dejar de ser “mujer de…” comparece como Ministra. Ah! Y va su marido y dice que todos los que la critiquen son machistas.
En fin, las desmemorias y la ausencia de apuntadores están convirtiendo la escenificación teatral de la política en un caos difícil de seguir por los más atentos que no chupan nómina.
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