El refrán que sirve de título pone de manifiesto que una cosa es defender con palabras una postura y otra muy distinta traducirla en hechos tangibles cuando uno puede hacerlo. Suele darse mucho en política y está emparentada con la demagogia.
Así sucede con las medidas impopulares que tiene que tomar el gobierno, las cuales son respondidas por la oposición con críticas facilonas y populacherías sin estar soportadas en datos comprobables. Y todo ello con el fin de ganarse fácilmente al pueblo que soporta la medida.
Lo malo es que hoy con las hemerotecas virtuales un buen político tiene que medir sus actuaciones, porque le pueden sacar una intervención pública antigua criticando una actuación del gobierno y otra intervención actual haciendo lo mismo o peor que lo que criticaba desde la oposición. Y el pueblo? Siempre en el puesto de sufridor viendo cómo juegan con él para conseguir el poder.
Cuando el PP gobernaba hace cuatro años fue duramente criticado por la oposición por el alza tan desmesurada que tuvo el precio de la luz. Así, el 18 de enero de 2017, ante el hecho de que el precio de la luz se disparara en plena ola de frío, Pablo Iglesias publicó un twit que decía: “Disparar la factura de la luz un día como hoy solo demuestra la codicia de las eléctricas. Si el Gobierno lo consiente, será complice”.
Estos días el Gobierno, formado por los que entonces estaban en la oposición, ha visto cómo sucede lo mismo. Así, El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista (donde se negocian los precios con un día de antelación) se situó para el pasado viernes, 8 de enero de 2021, en 94,99 euros/MWh, el segundo más alto de la historia después de los 103,76 euros que marcó el 11 de enero de 2002.
¿Creen ustedes, queridos lectores, que los que antes criticaban la subida y hoy la consienten dicen algo? ¿Nos piden disculpas por “predicar” entonces y “no darnos trigo” hoy que pueden porque están en el Gobierno? Ellos a lo suyo: conquistado el poder ya nada importa, todo vale.
Adviértase, en efecto, que en el caso de la luz todo gira en torno a una misma formación política: criticó el alto precio de la luz cuando estaba en la oposición, tachando al PP de “cómplice”, pero estando en el gobierno dicho precio alcanzó un tope semejante. Lo que me gustaría como ciudadano es que los partidos políticos fuesen coherentes: que al predicar ofrecieran el mismo trigo que pueden dar cuando lleguen al gobierno. Y, si no lo pueden hacer, que dejen de tomarnos el pelo.
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