José Manuel Otero Lastres el 27 ago, 2014 Oriol Junqueras ha declarado ayer que no tiene por qué explicar su plan alternativo si no hay consulta el próximo 9 de noviembre, de la misma manera que Mariano Rajoy tampoco contesta nunca qué hará cuando Cataluña sea independiente el 10 de noviembre. Al manifestarse de este modo, Oriol Junqueras lo que hace es equiparar la altísima probabilidad de que haya que poner en marcha un plan B por si no se celebra la votación del día 9, con la imposibilidad absoluta de que el día 10 de noviembre Cataluña sea independiente. No tengo la cualidad de adivinar el futuro, pero me arriesgaría a apostar casi todo lo que tengo a favor de que los catalanes no votarán el día 9 en la consulta que ha puesto en marcha el Gobierno de la Generalidad. Plantear una consulta, aunque sea amparándose en una ley autonómica ilegal, y que, desde luego, choca frontalmente con la legalidad constitucional, no va a ser en modo alguno consentido ni por el Gobierno de la Nación ni por el Tribunal Constitucional, órgano encargo de velar por el respeto y cumplimiento de la Constitución. La probabilidad de que no haya consulta y de que, por tanto, haya que poner en marcha un plan B es altísima. En cambio, que Cataluña sea independiente el 10 de noviembre es de todo punto imposible, razón por la cual Mariano Rajoy actúa impecablemente al no contestar una pregunta imposible. La ofuscación del señor Junqueras en su “verborreica” ensoñación independentista llega hasta tal extremo que se confunde indisculpablemente al equiparar lo probable (que haya que poner en marcha un plan B) con lo imposible (que Cataluña sea independiente). Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 27 ago, 2014