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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Inadmisibles reproches de Maduro y Cabello a nuestros Presidentes

José Manuel Otero Lastres el

Hasta que no entró en escena Felipe González, los actuales gobernantes venezolanos, especialmente Nicolás Maduro, se presentaban en los medios, frente a las críticas de Mariano Rajoy, como verdaderos “perdonavidas”. Cada vez que aparecían a comentar las opiniones de nuestro presidente sobre la salud democrática de Venezuela, se mostraban moralmente superiores para lo cual les bastaba recordar  su condición de gobernantes de izquierda-populista y que Rajoy era de derechas. No tenían que dar ninguna otra explicación: el solo hecho de que el presidente español fuera de derechas les parecía suficiente para deslegitimar cualquier reproche suyo sobre la deficiente situación de las libertades en Venezuela.

Las cosas cambiaron sustancialmente desde la incorporación de Felipe González al equipo de abogados defensores de los políticos de la oposición encarcelados en el país hermano. Ese hecho enfureció intensamente a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello porque les privó de raíz del fácil argumento del signo de la militancia política.

Y es que ahora no solo denuncia la falta de libertades en Venezuela un Presidente de la Derecha española (a la que añadían maliciosamente “franquista”) sino un ex presidente del Gobierno español de un partido de izquierdas y con un innegable prestigio internacional.

Y claro, hubo que preparar inmediatamente un ataque contra Felipe González para que no se desconcertaran sus partidarios. Como ya no les llega con que Rajoy es franquista, ahora tienen que decir a sus seguidores que Felipe González estuvo implicado en los asesinatos de los GAL (lo acaba de insinuar Diosdado Cabello).

Hoy creo que nadie puede decir seriamente que en España no vivimos en un sistema plenamente democrático. La cuestión es si se puede decir lo mismo de Venezuela desde la implantación del chavismo.

Pues bien, si separamos la paja del trigo, y no nos dejamos distraer por “señuelos” como el de la condición de “franquista” de Mariano Rajoy, no existe la más mínima duda de que en Venezuela se está atentando contra los derechos fundamentales de los miembros de la oposición. Y todo el ruido que arman los chavistas refiriéndose a las injerencias de los políticos extranjeros (entre otros Barak Obama) parece un montaje para justificar un auto golpe que acabe definitivamente con la débil democracia venezolana.

Lo relevante es que, desde la encomiable decisión de Felipe González de integrarse en el equipo de abogados defensores de la libertad de los políticos encarcelados, a los chavistas se les acabó el fácil recurso de oponer a las protestas democráticas de España el falaz argumento de que las hacía un presidente “franquista”. Y ahora no tienen más remedio que dedicarse a desbarrar también sobre esta cuestión prosiguiendo con lindezas como la escuchar al pajarito de Chávez. Y es que no deja de producir vergüenza ajena escuchar a Nicolás Maduro hablando de que: “Rajoy es un rolo de racista, el rajado de Rajoy…”. Da la impresión de que, de pronto, se sintió ocurrente y enlazó una retahíla de insultos sin sentido por la gracieta de que empezaban por “r” como el apellido de nuestro presidente.

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