Las invenciones son reglas técnicas que resuelven problemas hasta entonces sin solución. Hasta hace unos años, los niños con movilidad reducida, como por ejemplo los que sufrían atrofia muscular espinal, carecían de la posibilidad de andar; esto es, ir de un lugar a otro dando pasos. Si se querían desplazar no tenían más remedio que hacerlo en silla de ruedas, pero no erguidos y dando un paso tras otro.
Desde hace algunos años, se empezó a investigar sobre una regla técnica que permitiera al paciente dar pasos en posición erguida mediante el acoplamiento de un esqueleto exterior asistiéndolo de medios de autopropulsión. Hay varias iniciativas que se están llevando a la práctica, una de las cuales es la pilotada por Marsi Care-CSIC, en la que se viene evaluando el efecto rehabilitador del uso de un exoesqueleto de marcha en pacientes con patología neuromuscular o parálisis cerebral. Es el ATLAS 2030 que se instaló recientemente a un niño que pudo entrar andando en su clase de segundo de Primaria del CEIP Vicente Ferrer, de Getafe (Madrid).
En efecto, cuentan las crónicas que Víctor tenía un sueño consistente en que sus compañeros le vieran andar, de un modo parecido a cómo lo hacían ellos: erguido ando paso a paso y auto propulsándose. Desde hacía unos meses usaba en terapia un exoesqueleto y pidió que lo dejaran ir al cole con ese aparato mágico con el que él podía ser un niño más. Por fin en fecha muy reciente pudo cumplir su sueño. Aunque tardó más de un año en poder hacerlo, lo consiguió convirtiéndose en el personaje más popular del cole. Sus compañeros, de segundo lo jalearon y corearon su nombre nada más entrar.
Afortunadamente, la invención del exoesqueleto se está usando en otros lugares de España con el fin de que los niños con parálisis cerebral y otras discapacidades que afectan a su aparato motor puedan caminar. Entre ellas se puede mencionar a la Fundación Nipace, ubicada en Guadalajara (España), que acaba de incorporar el ATLAS 2030, una herramienta que cuenta con inteligencia artificial.
Creo que el objetivo de lograr que los inmovilizados lleguen a andar merece la pena. Los que tenemos la inmensa fortuna de andar –cosa que apenas valoramos como todo lo que nos viene dado- no reparamos en lo que supone adquirir la autonomía de moverse por los propios medios. Hace años este era un problema cuya solución era inalcanzable. Hoy gracias a muy potentes equipos de investigación, como el de Marsi se están encontrando soluciones como la del ATLAS 2030. Pero son muy costosas y desde aquí animo a los lectores a que apoyen este proyecto y otros similares porque el resultado merece la pena: convirtió al inmovilizado Víctor en un niño andante.
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