José Manuel Otero Lastres el 19 jun, 2014 Nuestros principales rivales nos han eliminado a las primeras de cambio del Campeonato del Mundo, y ahora tenemos que llevar con paciencia este contratiempo. Pero, tal y como es nuestro carácter, imagino que nos dividiremos en dos bandos. El de los agradecidos a lo que ha hecho España en los últimos años, y el de los resultadistas que renegarán, a toro pasado, de todo lo que se ha hecho, culpabilizando al seleccionador y a los jugadores del fracaso. Yo me sumo al bando de los primeros, porque esta generación excepcional de jugadores me ha hecho disfrutar muchísimo, así como sentirme orgulloso de ser español. Pero creo sinceramente que decir esto no basta. Y no porque el fracaso haya sido muy grande, sino porque hay que buscar inmediatamente soluciones para el futuro. Justamente por esto último, es por lo que hay que pedirles a los responsables de nuestro equipo nacional que analicen bien lo que ha sucedido, cuáles fueron los motivos del batazo, para empezar a armar desde ahora un equipo lo más fuerte posible para el futuro. Porque las competiciones no se acaban aquí y hay que seguir jugando para clasificarse para el próximo europeo. Para mí, una de las causas principales de este revés es que la columna vertebral del equipo llegó muy fatigada por el altísimo nivel competitivo y de extremo desgaste que tuvieron hasta poco antes del mundial los clubes de tales jugadores. Pero como la fatiga no es algo que sea para siempre, sino una circunstancia puramente ocasional, hay que ver cómo responde la mayoría de esos jugadores en circunstancias de menos cansancio. Por lo tanto, la primera conclusión es que, salvo los que deban abandonar el equipo por razones de edad o porque se marchan a otros campeonatos menos exigentes, los demás, muchos de los cuales aún son jóvenes, son dignos de que sigamos confiando en ellos y se han ganado que se les den nuevas oportunidades. Otra cuestión importante es si se debe seguir o no confiando en el sistema de juego, el llamado tiki-taka. Hasta ahora nadie puede negar que dicho sistema nos ha dado unos resultados excepcionales: fuimos, sucesivamente, campeones de Europa, campeones del Mundo y nuevamente campeones de Europa. Ningún equipo consiguió esta gesta. La duda que puede suscitarse es si se puede seguir ejecutando ese tipo de fútbol sin alguno de sus intérpretes fundamentales. En mi opinión, entre los jugadores más jóvenes del primer equipo y los que vienen de las selecciones nacionales inferiores, hay algunos que pueden seguir interpretando perfectamente ese sistema de juego. Lo que sí haría es tener bien entrenadas otras posibles variantes, porque algunos de nuestros adversarios están empezando a saber neutralizar nuestro juego. Con esto quiero decir que habría que seguir fieles al sistema que nos dio tantos éxitos, mientras sigamos contando con jugadores capaces de mover el balón con muchísima velocidad, haciendo paredes al primer toque y manteniendo durante bastante tiempo la posesión. Pero al mismo tiempo tendría sistemas alternativos para los partidos en los que los contrarios supieran dificultarnos nuestro juego. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 19 jun, 2014