José Manuel Otero Lastres el 14 oct, 2015 En plena euforia del referéndum-farsa que tuvo lugar en Cataluña el pasado 9 de noviembre de 2014, el Presidente de la Generalidad Artur Más se llenó de valor y declaró “si la Fiscalía quiere conocer quién es el responsable de abrir los colegios públicos en Cataluña, que me miren a mí”. Y la Fiscalía, ante tan retadora e inequívoca asunción pública de responsabilidad, dirigió la querella por aquélla presunta violación de la Ley contra el que la reclamaba toda para sí. Desde entonces hasta hoy han pasado muchos días y al President le ha llegado el momento de comparecer ante la Justicia a “rendir cuentas” de su confesada autoría de la consulta ilegal. Pero lo que entonces solo era un desafío chulesco y verbal de Artur Mas a la Justicia parece haberse convertido ahora en un vergonzoso y temeroso temblor de piernas que le impide comparecer ante los Tribunales con la digna soledad del que no teme asumir la propia responsabilidad. Y por eso, bajo la apariencia de un acto de desobediencia civil de los independentistas, Artur Mas ha organizado una comparecencia ante el TSJC acompañado por una multitud de alcaldes y simpatizantes con los que intenta ocultar su miedo ante el hecho de asumir judicialmente su responsabilidad. Ante éste pasmoso acto de valentía, solo se me ocurre parafrasear al genial Stefan Zweig, cuando en su “Castelio contra Calvino” rechazó todos los argumentos de Calvino contra nuestro Miguel Servett, diciendo “Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar un hombre”, para decirle al Presidente en funciones que incumplir la Ley no es defender la democracia del pueblo catalán, sino simplemente incumplir la Ley. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 14 oct, 2015