El pasado 31 de julio, José María Asencio Gallego, joven escritor que profesa como juez, publicó en el diario La Razón, un artículo con el sugerente titulo “La orgía nacional”. Recomiendo vivamente su lectura porque pone el foco de su interesante reflexión en la importancia del sexo en la vida actual. Comienza afirmando que “Todo es sexual. Vivimos inmersos en un proceso de sexualización de la vida sin precedentes. La música, los anuncios, las películas, la educación e incluso la política navegan en un mar de connotaciones sexuales. Y es que, de un tiempo a esta parte, parece que nada más importe, que el sentido de la existencia se limite a todo aquello que sucede en la oscuridad de la alcoba”. Creo que tiene razón.
Como también la tiene cuando escribe: “Los derechos más relevantes son hoy los sexuales. Prueba de ello es que el debate público se centra principalmente en ellos. Mientras los salarios descienden hasta los infiernos, mientras la cesta de la compra sube hasta la estratosfera…”.
Basta un breve repaso a los nuevos libros escolares para darse cuenta de ello. El sexo, la identidad o la orientación sexual se han convertido -agrega- en el fundamento de la educación, en tanto que lo demás pasa a un segundo plano. Se pretende enseñar a los niños cómo masturbarse incluso antes de conocer sus derechos más básicos como ciudadanos de un Estado democrático. Y claro, al cabo de los años se convertirán en grandes masturbadores que, sin embargo, desconocerán en qué consiste el derecho de huelga ni lo que significa un salario digno.
Tras estos brillantes pensamientos asegura que la hipersexualización no es otra cosa que la nueva pretensión del capitalismo dominante, que quiere más y más. Y que está dispuesto a cualquier cosa con tal de incrementar de forma grosera sus ganancias.
No estoy muy seguro de esto. Aunque no tengo ninguna duda de que el capitalismo no va a desmentirlo porque no suele defenderse de las innumerables culpas que le achacan.
Con todos mis respetos al excelente pensador que es el juez Asencio, creo que la causa de la hipersexualizacion de la sociedad actual tiene mucho de reacción a la intransigencia religiosa a la que se sometían las vidas y las conciencias en tiempos pasados. Es más una reacción pendular que está transitando desde la prohibición de todo tipo de sexo sin fines de reproducción hasta una visión orgiástica y desenfrenada de la vida. ¿Qué el capitalismo se aprovecha de que estemos en este lado del pendulo? No me cabe duda. Flirtea con todo lo que pueda generar ganancias. Pero en mi modesta opinión el hipersexualizacion actual de la vida tiene mucho de reacción contra el hipócrita puritanismo de épocas anteriores. En todo caso, mi efusiva felicitación al Juez Asencio por haber puesto el dedo en la llaga.