La igualdad ante la Ley y la libertad de expresión y de comunicación, aun perteneciendo a la categoría de los derechos fundamentales, persiguen de algún modo fines antitéticos: el del artículo 14 preceptúa que hay que tratar igual lo que es igual, mientras que las libertades del artículo 20 lo que protegen es lo diverso y específico en el ámbito del pensamiento y de la comunicación.
Pues bien, aunque pudiera parecer lo contrario, en los regímenes democráticos son perfectamente compatibles el principio de igualdad y las libertades de expresión y de comunicación. Hasta tal punto que el hecho de que exista una sociedad en la que predominen unos pensamientos sobre otros no solo no vulnera el principio de igualdad, sino que es lo democráticamente deseable ya que a lo que se aspira es a que la opinión pública sea plural, lo que implica diversidad de pensamiento.
Pues bien, el Gobierno acaba de aprobar un anteproyecto de Ley, denominado de la Memoria Democrática, que persigue que haya una versión única sobre la Guerra Civil y el franquismo. Como dice hoy Ramón Pérez-Maura en un magnífico artículo en ABC somos el único país del mundo libre en el que hubo una guerra de la que se prohíbe todo recuerdo a los vencedores. Y, en el mismo sentido, Luis Ventoso en otra columna excelente da su versión personal sobre el período entre 1931 y 1978 diciendo que expresa su libérrima opinión antes de que intervenga la Fiscalía de la Memoria.
Yo no me puedo creer que el Gobierno ignore que el artículo 1.1 de la Constitución propugna el pluralismo político como uno de los valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico. Ni tampoco que ignore que el artículo 16 garantiza la libertad ideológica y el 20.1. a) las libertades de expresión y dé información.
Por eso, pienso que el citado anteproyecto es un señuelo más, utilizado con un enorme descaro en este momento para que entremos al trapo de los residuales “guerracivilismo” y del “franquismo” y que no fijemos nuestra atención en los problemas acuciantes que se nos vienen encima, una vez que nuestra recuperación económica se ha estancado.
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