Desde hace más de un siglo, la estatua de Alfonso XII disfruta del mejor (quizá) atardecer de Madrid. La realizó fundida en bronce Mariano Benlliure en 1904 como parte del conjunto escultórico que preside el estanque del parque del Retiro, en el centro de Madrid. Durante décadas, las parejas de enamorados han rebuscado en esas escalinatas frases almibaradas y zalameras, acunados por el runrún de las barcas de alquiler y los sones de los músicos callejeros. Cuando se ponía el sol, era difícil querer estar en otros brazos.
El monumento al rey Alfonso XII se ha convertido estas tardes de verano, antes de que empiecen las clases, en el reino de Pokémon Go. Puede parecer que entre este símbolo del Madrid de principios del siglo XX, encargado por su segunda esposa, la reina María Cristina, y el campeón mundial del ocio juvenil en estos días del siglo XXI no hay ni un solo punto en común. Y quizá sea así. Salvo un detalle seguramente rebuscado. Aquel monumento a Alfonso XII fue construido por suscripción popular, y qué más popular que este juego de interacción social capaz de sacar a la calle a millones de personas en busca de “pokebolas”, gimnasios y personajillos pintorescos que aparecen en la pantalla del móvil, ahí mismo, junto a la figura de El Pacificador, rey de España entre 1874 y 1885.
Un paseo por el Retiro sigue siendo una gran forma de pasar la tarde. Si usted visita Madrid, no deje de anotarlo en la agenda. Allí podrá encontrar un granizado de limón, músicos en busca de auditorio, exposiciones en el Palacio de Cristal, patinadores o flores en el Paseo de las Estatuas y en la Rosaleda, y una anécdota para comentar en la cena, esa Fuente del Ángel Caído, dedicada a Lucifer, situada exactamente a 666 metros de altitud sobre el nivel del mar. Sí, el Retiro luce como siempre, solo que ahora todos los niños y adolescentes de la ciudad quieren pasar la tarde allí, exactamente junto a la estatua de Alfonso XII, aunque -dicen- la multitud de cazadores de pokémons provoque que la conexión vaya más lenta de lo habitual.
En todos los parques y en muchas calles vemos adictos al juego pegados a la pantalla brillante de un móvil, pero, hoy por hoy, el Retiro es el reino de Pokémon Go.
Oído allí: -Si hay quinientas personas, 450 están con el juego. -Qué dices, papá. Por lo menos 498 -contesta un pequeño.
El monumento a Alfonso XII mide 86 metros de largo, 30 de alto y 58 de ancho. Es una especie de anfiteatro con vistas al maravilloso atardecer del Madrid y, por supuesto, al Estanque Grande, un lago artificial creado en la primera mitad del siglo XVII, en tiempos de Felipe IV. Una tarde como esta resulta difícil hacer carantoñas al amor de tu vida rodeados del trajín febril de los móviles. Son dos amores desmedidos enfrentados, el de toda la vida y el de esa realidad aumentada en la que habitan Charizard y compañía.
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