De repente, los productores de las series de televisión han descubierto la sierra que abraza la Comunidad de Madrid. Bajo Sospecha, recientemente emitida, se grabó en El Espinar (Segovia), en los montes de la Dehesa de la Garganta y en Aguas Vertientes. Y Refugiados, recién estrenada, en Rascafría, en plena sierra norte de Madrid. En ambos casos, los pinares, los montes que rodean un pequeño pueblo, son un protagonista añadido en la ficción. Quien viera la serie este jueves en Antena 3 o La Sexta -una coproducción con la BBC- quizá ande perdido con la historia de los visitantes del futuro o con los secretos que parece ocultar Emma, pero seguro que se quedó perplejo por la belleza de los paisajes, por el encanto de un pequeño pueblo en algún lugar de alguna parte. El entorno de Rascafría, en pleno valle del Lozoya, es una de las zonas más bellas de la Comunidad de Madrid. La casa de la familia protagonista es una residencia particular en los alrededores del pueblo. En la historia también tendrá un papel destacado una segunda casa, de un vecino, que en realidad es una casa rural llamada El Caracol, con paredes de piedra y un interior decorado con madera, situada muy cerca del monasterio de El Paular, de las piscinas naturales de Las Presillas y del pueblo de Rascafría. La serie se grabó durante el verano de 2014. Algunos de las actores se alojaron durante esos meses en El Caracol, que tiene seis habitaciones. La casa la diseñó el arquitecto Curro Inza hacia 1962. Hace algo más de una década la compraron los nietos de los propietarios originales, los hermanos Sol y José, que años después la pusieron en alquiler (850 euros el fin de semana) y que ahora también está a la venta (595.000 euros). Por detrás de la casa corren las aguas del Lozoya y, desde las habitaciones, se ve el pico Peñalara.
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