Pablo Casado ha conseguido conquistar Madrid. Su trofeo más preciado y la lÃnea que le separaba del éxito o el triunfo para empezar la remontada del PP. Para reivindicarse como el lÃder de esta formación polÃtico, frente a un sector crÃtico que lo cuestionaba por su fracaso en las elecciones generales. Desde ayer, sus dos apuestas más arriesgadas, José Luis MartÃnez Almeida e Isabel DÃaz Ayuso, estarán al frente del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.
Este era su objetivo antes de las elecciones autonómicas y municipales. Nada era más importante que conservar el Gobierno regional y recuperar la AlcaldÃa. Si los populares perdÃan este territorio, que desde hace quince años es suyo, el liderazgo de Pablo Casado habrÃa comenzado a deteriorarse.
La importancia de esta conquista es más, si tenemos en cuenta que VOX, la gran amenaza para el PP, ha tenido que dar marcha atrás, y ya van tres, sobre cuestiones que siempre habÃan estado en el eje de su discurso polÃtico: cambios en la ley LGTBI y en la de violencia de género. Lo hicieron primero en AndalucÃa, después en Murcia y ahora en Madrid.
Para VOX es un duro golpe, porque la mayorÃa del voto que ha conseguido ha sido por la valentÃa de su discurso y la firmeza de sus principios. Pero todos sabemos que en polÃtica es muy fácil hablar cuando uno está fuera del poder, pero muy difÃcil sostener algunas cosas cuando se quiere comenzar a ejercer.
Pero VOX ha hecho bien, todas las encuestas le dan un descenso importante en el número de votos si se repiten las elecciones, ya sean generales o autonómicas, y su único camino, si quiere seguir siendo una fuerza decisiva en el centro derecha, es ceder en sus postulados más extremos.
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