Ni rezando se arregla esto

Escribo este blog al mismo tiempo que el presidente del Gobierno ofrece una rueda de prensa, tras la reunión que ha mantenido con los sindicatos y la patronal para explicarles las reformas que va a hacer el Gobierno, después de que Rodríguez Zapatero se haya dado cuenta de que la realidad de España es muy distinta a la que él pensaba. Vamos, que se ha caído del caballo y se ha encontrado con una situación económica gravísima a la que ya no puede hacer frente con planes E para asfaltar las calles, que nos han costado 13.000 millones de euros a todos los españoles. Parece que la oración con Obama le ha hecho efecto, aunque sólo sea para iluminarlo en la necesidad de buscar la verdad de lo que sucede en España. Pero que no se engañe, me parece a mí que esto ya no se arregla rezando, sino cambiando a quienes nos han llevado a este desastre. Porque yo, que nunca creí que Zapatero y sus muchachos fueran capaces de llevar el timón de la crisis, no tengo más remedio que coincidir con aquellos que piden elecciones anticipadas. Que los ciudadanos decidan, que vengan otros políticos con ideas y con un poco más de credibilidad. Tan grave debe ser la situación, que escucho ahora mismo al presidente hablar de reforma laboral, de lucha contra el déficit que él mismo ha creado, de pensionazos y otras palabras que, hace unos días, eran "palabras malditas", que no entraban en su universo utópico de justicia social. Tan grave debe ser la crisis, que se ha arriesgado a enfrentarse a los sindicatos y acercarse a los empresarios, que hoy alaban sus medidas. Si no quiere convocar elecciones, al menos que escuche a los que saben, que el tiempo para soñar ya ha terminado.