La mayoría no son fachas, ni carcas, ni la extrema derecha, ni ninguna tontería de esas que se leen hoy en las redes sociales. Son españoles, hombres y mujeres trabajadoras, que cada mañana se levantan para sacar a su país adelante, orgullosos de España, de su bandera y de lo que representa. Eso son las miles de personas que han salido hoy a la calle cansadas de que unos pocos pisoteen la Constitución, las leyes y desprecien todo y a todos los que no piensan como ellos.
No nos equivoquemos los demócratas, Franco murió hace muchos años y la bandera es patrimonio de todos. De la derecha, de la izquierda, de los ciudadanos de un país que se rebela contra tanto sinsentido.
Ha llegado la hora de quitarse de encima los complejos, de creerse que enarbolar la bandera de España es una cosa de fachas y de gente de extrema derecha. Habrá algunos que aprovechen esta circunstancia para añorar tiempos pasados, como hay también una izquierda violenta y agresiva, yo la he visto muy de cerca, que utiliza las manifestaciones para provocar y agredir a las Fuerzas de Seguridad. Pero, tanto unos como otros, son una minoría.
Es muy triste ver cómo un sector del país se avergüenza de sus símbolos, pero también es esperanzador ver cómo los demócratas han tomado hoy la calle, sin complejos, y orgullosos de un país que, unido, ha luchado mucho por ser hoy una nación respetada y respetable.
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