Ahora resulta que mucho predicar diciendo que vamos a dar un tijeretazo al presupuesto público recortando los altos cargos, las empresas públicas y sus consejos de administración, y por la gatera se está contratando personal eventual y pagando a destajo incentivos al rendimiento. No lo digo yo, sino las cuentas mensuales de la Intervención General del Estado que dicen que en los tres primeros meses del año el gasto de personal se ha disparado en 213 millones, sobre todo por dos partidas importantes: el personal eventual y los incentivos al rendimiento.
El Palacio de la Moncloa parece que tiene en la puerta de atrás una ventanilla de contrataciones, de cargos nombrados a dedo, que engordan el presupuesto de personal, mientras que por la puerta grande aparecen las dos vicepresidentas del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado, haciendo anuncios fastuosos sobre planes de austeridad que no lo son tanto.
El Gobierno tiene un gravísimo problema con el gasto de personal, que cabalga descontrolado sin que nadie pueda o quiera ponerle freno. Lo divertido será saber quién es el manirroto del equipo de Zapatero, qué Ministerio es el que ha hecho saltar las previsiones por los aires. En esa tarea ya se ha puesto a trabajar la oposición parlamentaria, que está dispuesta a llevar al Congreso a las vicepresidentas para sacarle los colores.
España
