Qué vergüenza que el presidente de mi paÃs haya terminado por legitimar a un partido como Bildu, los herederos de los etarras, y termine pactando con ellos para seguir subido al Falcón y cambiando colchones en La Moncloa. Ese apoyo, ese respaldo, ha terminado por envalentonar a estos impresentables e indecentes polÃticos, que se han crecido y, en un espectáculo infame, terminaron insultando el pasado jueves a la Guardia Civil y a la PolicÃa en el Parlamento vasco.
No vale todo para seguir en el machito, por utilizar el Consejo de Ministros para hacer campaña electoral, hasta el punto de apoyarse en Bildu para convalidar en la Diputación Permanente del Congreso esos decretos de los “viernes sociales”, que terminaremos pagando todos los españoles en forma de ajustes y recortes.
HacÃa tiempo que no sentÃa tanto desprecio como el que sentà el jueves cuando escuché al diputado de Bildu, Julen Arzuaga, afirmar que la Guardia Civil y la PolicÃa nacional son un “lobby infecto y asqueroso”, “nazis” y “franquistas”. Unos insultos que el Partido Popular no toleró y abandonó el Pleno, no me extraña, alguien tenÃa que defender la dignidad de los asesinados y de los españoles.
Este proetarra, crecido y bendecido por Sánchez, insultó a todos los españoles, sin que el presidente del Gobierno rompiera de inmediato la alianza que habÃa forjado dÃas antes con ellos en el Congreso. Y lo hizo mirando a la tribuna del Parlamento donde se encontraba una representación de los cuerpos policiales, los mismos que han dado su vida por defender la libertad y la democracia en España.
Pues si no lo tenÃan claro, esto es lo que hay, un presidente del Gobierno dispuesto a blanquear a los proetarras con tal de que lo apoyen para mantenerse en el poder. Un carpetazo al pasado más de negro de España, por parte de un Gobierno, que calla ante las infamÃas contra sus Fuerzas y Cuerpos de Seguidad. ¡Qué vergüenza y qué pena!
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