Me parece de una extrema gravedad que un ministro del Gobierno de España, y nada menos que el de Interior, fomente el odio y aliente la crispación entre españoles.
Esto es lo que sucedió el pasado sábado cuando el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en plena manifestación del Orgullo Gay, acusó a Ciudadanos de “pactar de forma obscena” con VOX y advirtió de que ello “tiene consecuencias”.
Pues sà tuvo consecuencias, y podÃa haber sido mucho peor, ya que provocó que muchos de los participantes de esta manifestación increparan, amenazaran y estuvieran a punto de agredir a los representantes de Ciudadanos, que libremente quisieron asistir a la manifestación en defensa de los derechos de este colectivo.
La actitud del ministro fue de una tremenda irresponsabilidad y su intento de politizar el Orgullo Gay una muestra del sectarismo en la que ha caÃdo la izquierda, al querer patrimonializar una reivindicación, que es de todos.
El ministro lo primero que tendrÃa que hacer es pedir perdón por sus declaraciones. Y los convocantes del Orgullo Gay aparcar su sectarismo, ya que un movimiento que reclama tolerancia no se puede mostrar intolerante con aquellos que defienden lo mismo, desde otra posición ideológica.
Seguir a Paloma Cervilla en Twitter.
España