No hay frase que resuma mejor lo que ayer sucedió en el Congreso de los Diputados, durante la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que la que pronunció en su réplica el popular Pablo Casado: “En Alemania llora una estadista, en España se rÃe un frÃvolo“.
Pues eso fue exactamente lo que pasó ayer durante la intervención de Sánchez en el Congreso para debatir sobre la pandemia y el Consejo Europeo. Mientras España está a las puertas de la tercera ola del Covid-19, con un paÃs arruinado, las colas del hambre cada vez más largas y los herederos de ETA y los golpistas incrustados en la gobernabilidad del Estado; un presidente sube a la tribuna del Parlamento a reÃrse de todos los españoles, afirmando que la derecha vive en una realidad paralela, con alusiones irónicas al Gobierno comunista y bolivariano que, al parecer, se han sacado de la manga.
En su choteo continuo llegó a decir que la derecha está en Marte, vamos, que Podemos es la socialdemocracia europea y Bildu las hermanitas de la Caridad. Y aún más, le dio categorÃa de amenaza de golpe de estado a un chat de 70 militares retirados, como si una conversación de casino militar fuera una asonada militar, muchÃsimo peor que lo que han hecho, y eso sà que es real, nada de marciano, el secesionismo catalán.
Y todo ello en un tono de burla, acompañado de una gesticulación de lo más grotesca, para escarnio de los contagiados por el Covid, los fallecidos y los que han perdido su negocio, su salario y su dignidad.
La risa de Sánchez nada tiene que ver con la altura moral y polÃtica de una Angela Merkel, que prácticamente entre lágrimas, comparecÃa ante sus ciudadanos para decirles que, por favor, se protejan, porque nos estamos muriendo. Lo dicho, una estadista frente a un frivolón.
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