Los ciudadanos que siempre han votado al PP, aunque después se pasaran a Vox, empiezan a moverse. El mapa polÃtico en el centro derecha ya no es la fotografÃa fija de antes de la pandemia del coronavirus. Un ejemplo es la encuesta de hoy de ABC: El PP duplica sus escaños en la Comunidad de Madrid, quien lo iba a decir hace ahora solo tres meses, y pasa de 30 a 57 escaños.
DÃaz Ayuso le ha ganado el pulso a Pedro Sánchez. Y veremos lo que pasa en el Ayuntamiento de Madrid, en el que un José Luis MartÃnez Almeida, ya no querido, sino adorado por muchos, puede estar en ya en la mayorÃa absoluta.
El futuro se presenta aterrador y el centro derecha ha entrado en pánico. El exvotante del PP quiere acercarse, quiere seguridad, porque solo desde la unidad se podrá hacer frente al Gobierno socialcomunista. Por eso le pide gestos a Pablo Casado, más firmeza ante Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Si al principio de esta crisis era lógico apoyar el estado de alarma, ya que no habÃa otra que quedarse en casa para parar la cadena de contagios que habÃa provocado la irresponsabilidad del Gobierno por no anticiparse al virus, ya no les parece tan lógico darle un cheque en blanco para que, con la excusa del mando único, tomar medidas muy cuestionables como la entrada de Pablo Iglesias en la Comisión Delegada de Asuntos de Inteligencia.
Y mucho menos si se le toma el pelo a la oposición no consultando estos planes de desescalada. Por un lado pide unidad y por otro se organizan sesiones de autobombo en televisión a las nueve de la noche de los sábados para dar a conocer unas medidas, que Pablo Casado se entera por televisión.
Estos exvotantes del PP quieren volver y dicen con amargura “si Casado no renueva la prórroga” y, a continuación, añaden “hay mucha gente de Vox deseando volver al PP. Pero quieren más dureza , por parte de Casado”.
El PP tiene por delante un gran desafÃo y quizás, quizás, el miércoles diga NO.
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