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Blogs Pido la palabra por Paloma Cervilla

Zapatero y Zarrías, esos embaucadores

Paloma Cervilla el

Estar cuatro días fuera de España y no leer un sólo periódico y, de repente, volver al Parlamento a escuchar al presidente del Gobierno y a su equipo, es una verdadera catarsis mental. Cambiar los largos paseos por París por la realidad de la política española. o por las mentiras y conjeturas de los políticos, es un shock de difícil asimilación. Casi sin deshacer la maleta me fui a la Comisión de Política Territorial del Congreso de los Diputados a escuchar al secretario de Estado, Gaspar Zarrías. Pensé que la cita prometía.

 

Zarrías siempre deja caer alguna perla de esas que tanto nos gustan a los periodistas, y no defraudó. Por este político andaluz de raza parece que no pasa la vida, política claro, y su desparpajo ante la adversidad sigue siendo admirable. Casi como si su presencia en el acto de apoyo a Garzón celebrado el 13 de abril en Jaén, en el que se llamó torturadores a los miembros del Tribunal Supremo, hubiera sido una excursión de fin de semana a su tierra natal, dejó para el final de su intervención una proclama que no tenía desperdicio: "No voy a dimitir porque no tengo conciencia de haber hecho nada malo". No creo yo que sea muy de recibo que un miembro del Gobierno aliente con su presencia un acto de insultos al poder judicial. Eso sí, ante la evidencia, dejó caer que él no compartía algunas de las cosas que se dijeron allí. Pero no se fue del acto.

 

Pero no sólo fue Zarrías el que dejó ayer en el aire varias perlas para la posterioridad. En el Senado, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue el que de verdad me hizo olvidar de un plumazo mi descanso parisino. Creía yo que la reforma laboral era un tabú para el presidente, dos palabras malditas vetadas en su vocabulario político. Pues no, ahora, según dijo en su respuesta a una pregunta del portavoz del PP, Pío García Escudero, en la sesión de control al Gobierno, es "un compromiso serio y decidido de su Gobierno, que debe ayudar a crear empleo". Inaudito, pero hubo más, reconoció que los datos de paro son "excesivamente altos". El embaucador ha aterrizado, se ha chocado con la realidad, y se ha dado cuenta de que es peor de lo que pensaba.

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Paloma Cervilla el

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