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Cómo aprender a dar sin esperar nada a cambio

El lunes empiezo… a dar sin medir el retorno

Cómo aprender a dar sin esperar nada a cambio
Patricia Ramírez el

Una de las mayores frustraciones de mis pacientes es la sensación de no recibir lo mismo que entregan. Mi consulta está llena de gente bondadosa, entregada y generosa. Personas que actúan así porque se educaron en esos valores o porque un día decidieron ser así. Nos comportamos con los demás como nos gustaría que se comportaran con nosotros y partimos de la idea de que los valores que rigen nuestra conducta son buenos, y que, por ello, otros también deberían tenerlos. Pero este es el error… pensar que los demás piensan como tú. La frustración de mis pacientes y de muchas otras personas, no viene de lo que ellos entregan, sino de la sensación de no correspondencia cuando ellos necesitan que se les preste ayuda, apoyo, ánimo o ilusión.

Dar es gratificante. Recibir también. Pero el mundo no siempre es justo ni equilibrado. Tampoco es controlable. No es como a ti te gustaría que fuera. Puedes en gran parte sembrar, pero no siempre vas a cosechar. Unas veces sí, otras veces no. Y esto se debe a muchos motivos. Por egoísmo, porque tú no les importes tanto como imaginabas, porque tengan otras prioridades. Puede simplemente que sean menos detallistas, más despistados, que tengan problemas más importantes o que su generosidad la ejerzan en otras actividades. No lo sabemos. Lo importante es aprender a no depender del retorno.

La gente a la que quieres, aquellos con los que te entregas, están en tu vida por diversas razones. Son amigos, familiares, personas a las que admiras, respetas, amas. Lo son por algo. Igual no podemos esperar el retorno de tu generosidad, pero si disfrutar de muchas otras cosas. Su apoyo, su ilusión, su optimismo, sus ideas, su seguridad cuando algo te inquieta, su disponibilidad cuando les pides un favor… Debes concentrarte en todo lo que han aportado hasta ahora a tu vida más que en aquello en lo que te fallan. Si las carencias que tienes en tus relaciones son algo solucionable, háblalo. Sin crees que son aspectos de la persona difíciles de cambiar, decide si deseas quedarte con la versión positiva por encima de lo que no te gusta. Y en función de tu decisión, estrecha el vínculo de lo que suma y desatiende lo que resta. Y si no te compensa, toma distancia.

Pero no esperes de los demás lo que no te pueden dar. Porque solo vas a sufrir. Estarás siempre midiendo, esperando algo que no llega, frustrándote por no recibir lo que tú das. Da sin medir. Da por placer. Da porque te salga de ti. Da porque así eres tú y así lo sientes. Sin más vuelta. Y sobre todo, aprende a quedarte con las cosas buenas de la gente.

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