De entre todas las actividades que tengas planificadas para este mes de agosto, ¿qué te parecería empezar a escribir un diario? A la mayoría de las niñas y adolescentes nos encantaba escribir un diario. La elección y la compra del diario, ese cuaderno misterioso e íntimo, era todo un acontecimiento. Elegíamos el diario, lo abrías con expectación y te sentabas delante en la intimidad a escribir todos esos secretos, miedos, vulnerabilidades, alegrías, que sentíamos. Establecíamos con el diario un vínculo emocional que nos hacía sentir reconfortadas, comprendidas y escuchadas. Sí, nos sentíamos atendidas y escuchas por un librito, con cantos dorados, que acogía sin juzgar nuestras emociones y nuestras experiencias vitales. Sin darnos cuenta, ya hace veinte, treinta o más años, estábamos siendo protagonistas de un acto de autocuidado. Era un tiempo para nosotras, un acto de autoconocimiento en el que explorábamos muchas cosas nuestras y nos dedicábamos atención, compasión y amor.
Muchos años después de nuestra infancia y adolescencia distintos estudios han demostrado que llevar un diario tiene muchas ventajas a nivel psicológico. Más que el diario, lo que nos beneficia es el hecho de sentarte, parar, respirar y escribir. Incluso la escritura espontánea, sin que medie ninguna temática. En un diario puedes escribir cómo te sientes, qué tienes planificado para hoy, cómo te ves en el futuro o describir un objeto, una experiencia… Se trata solo de un proceso creativo en el que te dedicas unos minutos a ti, a la atención plena, a serenar la mente. No necesitas esperar un resultado de este ejercicio, solo sacar fuera de tu mente y darle orden y perspectiva a temas banales o profundos. Incluso pueden aparecer soluciones maravillosas en este proceso de escribir creativo. Porque cuando escribes, la mente ordena, entiende y asimila con más facilidad.
También puedes decidir llevar un diario temático con la finalidad de sentirte mejor, como un diario sobre tu seguridad, tu serenidad, tu paciencia. En este caso, te invito a apuntar las experiencias que has tenido a lo largo del día con esa área personal en la que estás trabajando. Puedes anotar qué te ha hecho sentir serena o segura o paciente, cómo podrías repetirlo en otra ocasión, qué frases te ayudan, cómo responde tu entorno cuando te comportas de esta manera, etc.
Si te animas a empezar con esta práctica tan gratificante, aquí tienes algunas de las ventajas de escribir un diario:
- El ejercicio diario de escribir puede convertirse en un momento de meditación. Al escribir estarás prestando atención a una sola cosa. Es un momento para ti en el que estás focalizada en tus sentimientos y pensamientos.
- Si lo conviertes en una rutina, habrás encontrado un momento de espiritualidad. Te ayudará a conectar contigo, a profundizar en ti, a sentir y a conocerte mejor.
- Si decides utilizar el diario para entrenar nuevos hábitos o nuevas maneras de ser y estar, focalizar la atención y escribir sobre aspectos que desees fomentar, como ser más paciente, sentirte más confiado, ayuda a que estés más pendiente de ellos y experimentes cómo suceden a lo largo del día. Y esto refuerza tu entrenamiento.
- Escribir ayuda a tomar perspectiva. A veces estamos tan metidos en nuestro problema que lo sobredimensionamos. ¿No te has dado cuenta de que los problemas de otras personas, al verlos con más objetividad y menos emotividad, nos parecen menos dramáticos? Incluso se nos ocurren consejos más creativos y brillantes cuando se trata de dar soluciones a otras personas. Al poner nuestros asuntos por escrito, les quitamos valor emocional y les otorgamos objetividad. Lo escrito parece menos dramático.
- Escribir facilita la atención plena y con ello la comprensión y el aprendizaje. El uso del teclado y la tecnología fomentan todo lo contrario, la multitarea. Todo lo que escribimos a mano se procesa, entiende y retiene mejor que cuando tecleamos.
- Escribir lo personaliza todo. Un diario escrito por ti, con tus anotaciones, tus dibujos, subrayado, es un diario personal. Tu letra, tus márgenes, párrafos, dónde decides escribir con mayúsculas o minúsculas, la estética… A mano es artesanal, propio, personal. ¿Por qué si no preferirías tú recibir una carta de alguien querido escrita a mano en lugar de a ordenador?
- Manuscribir fomenta la creatividad y facilita la memorización.
Querida, querido, escribir a mano se está perdiendo. Sin darnos cuenta vamos dejando de lado actividades que nos favorecen mental y físicamente, como entrenar la psicomotricidad fina. Y las vamos sustituyendo por otras actividades que aparentemente nos facilitan la vida, como teclear, pero que también nos aceleran y despersonalizan. Anímate a tener una libreta bonita y a dedicarte este ratito de escritura para ti.
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