En español la llamamos “La Ruta Costera del Atlántico”, en inglés “Wild Atlantic Way” (#WAW). Es la primera ruta de turismo de larga distancia de Irlanda, y se extiende a lo largo de la abrupta costa occidental, de Donegal a Cor, durante 2.500 km. de paisajes agrestes de gran belleza, abiertos, batidos por el viento y frecuentados por las nubes.
El proyecto, finalizado el año pasado, se encuentra totalmente operativo y son muchos los visitantes que está recibiendo, aunque es muy difícil calcular el número exacto ya que la Ruta puede hacerse completa, siguiendo una tras otra todas las etapas, o eligiendo solo algunas de ellas. Evidentemente, la mejor manera de hacerla es en coche.
La Ruta atraviesa por la zona noreste los condados de Donegal y Sligo. Malin Head es el punto más septentrional de la isla.
Kylemore, Playa de Keem en la isla Achill. Foto: Pilar Arcos.
La zona oeste, una de las más concurridas y bellas, pasa por los condados de Mayo y Galway. Su capital, también llamada Galway, es una localidad pequeña (75.000 habitantes) pero muy dinámica. Una de las ciudades con mayor crecimiento económico de la Unión Europea, con muchas actividades lúdicas y festivas, entre las que destacan el Festival de las Artes (julio), la semana de las Carreras de Caballos (julio/agosto) y el Festival de Ostras y Mariscos (septiembre), que he tenido la oportunidad de ver y disfrutar. Su Barrio Latino, cuajado de pubs y tabernas, está siempre muy animado, en gran medida gracias a los estudiantes de sus dos universidades, muchos de ellos españoles.
En los s. XV y XVI el puerto era frecuentado por barcos españoles en el muelle que todavía se llama Spanish Parade.
Abadía benedictina de Kylemore. Foto: Pilar Arcos.
Cerca de Galway se encuentra la abadía benedictina de Kylemore, cuya fantasmagórica silueta se asoma al lago Kylemore.
En el condado de Mayo nos espera la bellísima playa de Keem (bandera azul), en la isla Achill, la más grande de las pequeñas islas de Irlanda.
Continúa la Ruta por el medio oeste, aquí está el Spanish Point, en las costas en las que naufragó la Armada Invencible. Muy cerca se encuentran los espectaculares acantilados de Moher, verdadera joya de la Ruta. Son unos impresionantes precipicios sobre el mar que llegan a tener más de 210 metros de altura y que se pueden recorrer a pie por un sendero de 8 km. perfectamente señalizado.
Catamarán en el Fiordo Killary. Foto: Pilar Arcos.
El fiordo Killary, frontera natural entre Galway y Mayo, es una lengua de mar que se adentra en la tierra 16 km. con una profundidad de hasta 45 metros. Es el mayor de los tres fiordos que hay en Irlanda, pero el único en la costa oeste. Se puede hacer (ida y vuelta) en un cómodo catamarán, un crucero que dura unos 90 minutos.
Y por fin se llega al tramo suroeste de la Ruta, en los condados de Kerry y Cork, donde se encuentran algunos de los paisajes más típicamente irlandeses y las muestras de gastronomía más genuinas. Aguas en las que no es difícil avistar delfines y ballenas. Mizen Head es el punto más meridional de Irlanda y fin de nuestro trayecto.