Los cenotes, enormes pozos de agua dulce, ya fueron aprovechados por los mayas, la cultura que más tiempo ha estado por estas tierras. Luego vino la conquista española y Campeche destacó por ser un punto de salida, como Veracruz, de los preciosos y preciados cargamentos enviados a España. Ahí radicó su auge económico, y a la vez esto le convirtió en el blanco de los ataques de piratas y corsarios, que actuaban en nombre de las coronas de Inglaterra, Francia y Holanda. Hoy Campeche se lanza a la promoción turística avalado por su historia, arte, naturaleza y gastronomía.
Edzná fue una de las ciudades mayas más avanzadas en su época (hacia el año 900) y destacó por la construcción de un complejo sistema de canales que servían tanto para beber y pescar, como para drenar las aguas que una vez al año anegaban la ciudad. Entre los restos arqueológicos visitables destaca la Pirámide de los Cinco Pisos, con una impresionante escalinata.
La reserva de la biosfera de Calakmul es un espacio natural protegido en el que viven 86 especies de mamíferos tan importantes como el jaguar, puma, ocelote, oso hormiguero, mono araña, mono aullador, tapir…). Aquí se encuentran también unas ruinas mayas muy interesantes. Forma parte de la región del Petén, que comparte con Guatemala, y en su día fue el lugar de grandes urbes mayas como Tikal, Palenque o El Mirador. Precisamente se ha descubierto no hace mucho que Calakmul y Tikal protagonizaron fuertes enfrentamientos por la hegemonía de la zona. Hay quien dice que esta feroz rivalidad inspiró a Mel Gibson en su película Apocalypto.
En unos 70 km², se han desenterrado unas 6.000 estructuras (pirámides, tumbas, estelas…) y es muy probable que queden muchas más por descubrir, todavía ocultas por la exuberante vegetación. Especialmente interesante es la denominada Estructura II, que con sus 55 m de altura es la segunda construcción maya más alta de México, después de la pirámide de Toniná en Chiapas.
La propia ciudad de Campeche es un atractivo suficiente para el turismo. En sus calles llenas de color y construidas en cuadrícula, diseño típico colonial español, se mezclan casonas señoriales e iglesias barrocas. El conjunto estaba completamente rodeado por un imponente bastión, que se conserva, lo que confería a la villa una gran seguridad frente a los ataques exteriores.
Pero lo mejor con creces, más allá del paisaje, es su paisanaje. Campeche se ufana de ser uno de los estados mexicanos con más seguridad ciudadana. Pasear por las calles de sus pueblos o de la capital es encontrarse a cada paso con gentes amables que no dudarán en atender al forastero con una sonrisa, en indicarle una dirección, o en hacer un comentario amable. Y es que no tenemos que olvidar que esta gente tan abierta es la gente campechana.
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