La Quinta Avenida, Vía Veneto, los Campos Elíseos, Corrientes, Unter den Linden… hay calles que son el alma de una ciudad. En Madrid tenemos a la Gran Vía. Mentidero, paseódromo, bares nocturnos, cines, puestos de libros, bombas, prostitutas escapadas de La Ballesta, lateros chinos vendiendo bebidas, famosos, famosillos, celebrities, mendigos, yonquis… La Gran Vía ha tenido de todo a lo largo de su historia ya centenaria.
La Gran Vía desde Callao. En los años 40 (no aparece la Torre de Madrid) y en la actualidad. Foto de la derecha: Pilar Arcos.
El 14 de abril de 1910, gobernando Canalejas, empezaron las obras que duraron 21 años de lo que estaba destinado a ser la arteria más moderna y fetén del Foro. Afectó a 48 calles y se demolieron 312 casas. El resultado fue una avenida de casi kilómetro y medio homologable a cualquier otra de una gran ciudad del siglo XX. La llamaron “el Broadway de Madrid” por sus cines y teatros; la Avenida de los Obuses porque fue bombardeada, quizás como ninguna otra, durante la guerra del 36; José Antonio por el fundador de la Falange… Pero todos los madrileños, los de antes y los de ahora, la llamamos La Gran Vía, por que es lo que mejor la define.
Ahora, cuatro años después de que celebrásemos su centenario, se ha inaugurado una exposición de fotografías de su largo viaje que aún no ha terminado ni mucho menos. Una especie de álbum de fotos familiar, colgadas en las nobles paredes del número 24 de (como no podía ser de otra manera) la Gran Vía, esquina con Hortaleza.
El patio central del Casino Gran Vía. Foto: Pilar Arcos.
El evento se llama “Memorias de Gran Vía”, siguiendo esa tendencia incomprensible de sustraer los artículos determinados (o definidos) de los nombre propios. Y como yo no sigo esa moda, la llamo “Memorias de la Gran Vía”. Consta de 175 fotos, la inmensa mayoría en blanco y negro, no porque así sean más artísticas, si no por la sencilla razón de que cuando se tomaron el color no existía. Algunas están datadas a finales del s.XIX. Una recopilación muy interesante procedente de los nutridos archivos del diario ABC y de la agencia EFE.
Ocupan 15 espacios de las tres plantas del Casino Gran Vía, ordenadas por temas. En la planta baja, por ejemplo, están las fotos genéricas. Tras las puertas de entrada a la sala de juego, hay un rincón con imágenes antiguas de la vida cotidiana de la ciudad.
El atrio del primer piso acoge instantáneas de la construcción de la avenida. En la sala de la ruleta electrónica se han colocado fotos de la castiza calle de la Montera y de lugares cercanos a la Gran Vía, como la Puerta del Sol, la Plaza de España o la Calle de Alcalá. En el salón de ruletas hay imágenes de la vida nocturna y de los espectáculos. En la segunda planta hay fotografías de la guerra y de acontecimientos políticos que tuvieron como escenario la emblemática arteria. En el salón del póquer, las fuentes de Cibeles y Neptuno.
Dos fotos de la exposición y uno de los códigos QR. Foto: Pilar Arcos.
Es muy interesante que todas las fotos llevan un pequeño pie informativo en español, inglés, ruso y chino, junto a un código QR con el que, desde un smartphone o dispositivo móvil inteligente, se puede descargar información de cada obra, así como el itinerario de toda la exposición.
El acceso a esta exhibición de carácter permanente es gratuito, sólo es necesario pasar por el registro de entrada al casino, presentando un documento de identidad.
El arte y la historia se dan la mano con actividades lúdicas en lo que podría llamarse un “marco incomparable”. El noble edificio del 24 de la Gran Vía albergó las instalaciones del Círculo de la Unión Mercantil e Industrial, y antes había sido el Palacio del Conde de Santa Coloma. Hasta hace poco, alojaba unas dependencias oficiales del Ayuntamiento de Madrid.
Fernando Valmaseda en el acto de presentación de la exposición. Foto: Pilar Arcos.
Un impresionante edificio con una fachada neorrenacentista-plateresco y un singular torreón con cubierta de pizarra negra. La escalera de mármol sube por un atrio rectangular cubierto por una espectacular vidriera de la firma francesa Maumejean. La crestería del piso superior, una sucesión de arcos de medio punto, está inspirada en el Palacio de Monterrey de Salamanca.
Los que hemos venido a ver las fotos, nos mezclamos con los jugadores, muchos de ellos chinos, ajenos a la historia que les rodea. Hagan juego, señores.