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Blogs Música para la NASA. por Álvaro Alonso

Monsanto Years de Neil Young

Monsanto Years de Neil Young
Álvaro Alonso el

Neil Young tiene nuevo disco, “The Monsanto Years”, nueve tozudas canciones, pegadizas, burlonas, grabadas tras el encuentro en el Farm Aid con los hijos de Willie Nelson: Micah, guitarra, y Lukas, cantante y guitarra. Aquí aparca a sus Crazy Horse de toda la vida, los mismos que, al final de su biografía Memorias de Neil Young, el sueño de un hippie (Malpaso, 2014) le hicieron decir: “Por supuesto, casi nunca he tocado con los Crazy Horse sin colocarme”, para contagiarse hoy con una transfusión de sangre fresca. Ahora se hace llamar “Neil Young and Promise of the Real” y suena más inocente que nunca. Es cierto que vivimos una época fascinante, donde los cambios se suceden a gran velocidad. El desconcierto es tan grande que editores como Luis María Ansón se traga entero (¡y escribe!) sobre las memorias de John Lydon, el líder de los Sex Pistols. (¿Lo siguiente será un artículo laudatorio sobre las Vulpes?). Y entre tanto desconcierto Neil Young no es que nos lo ponga más fácil, ya que sus canciones son de una inocencia que desarma, por ingenuas. ¿De verdad cree el viejo Neil que alguien va a tomar nota de sus diatribas contra los transgénicos, que nos llevan según él hacia un futuro de zombis (“Monsanto Years”)? ¿O de la plaga que supone Starsbuck (“A Rock Star Bucks a Coffe Shop”) y Walmart (“Big Box”)? ¿Es que se ha movido un dedo alguna vez para salvar el planeta de las emisiones, algo de verdad? En “The Monsanto Years” Neil ya no pretende concienciar a nadie, su actitud va más allá, al frente de la marcha, con una candidez adolescente, la de un hippie septuagenario que ya no tiene ninguna gana de dejar de serlo, y que canta como un hippie californiano en los atardeceres de Santa Bárbara y suelta discursos al viento, como cuando Dylan era Dylan. Lo que ocurre con Young es que nunca ha dejado de ser tozudamente Young. Ahora le ha cogido el gusto a escribir, a salvarnos los oídos del mp3 (ese testículo del diablo que se ha adueñado del sonido), y como si fuera un optimista Woody Guthrie con motosierra (“Workin´Man”) abre las carnes de su guitarra en ardientes letanías juveniles (“People Want To Hear About Love”, “A New Day for Love”). Cándido Neil, ingenuo, inocente. Benditos sean siempre por los siglos de los siglos tu guitarra y tu armónica (“Wolf Moon”). Y bienvenidos los retoños de Willie Nelson, acérrimos seguidores de Led Zeppelin. Nada malo puede salir de esta mezcla. Y que no se me entienda mal lo de Young y Dylan. Son buenos amigos. Esto dice Neil Young en El sueño de un hippie: “Un día me llamó Bob Dylan. No me lo esperaba en absoluto. No es alguien que suela llamarme. Fue después de que el huracán Katrina devastara Nueva Orleans y varios artistas salimos en un programa de televisión para recaudar fondos para las víctimas.  La música de Nueva Orleans es sagrada. Nos oyó tocar “Walking to New Orleans” y me llamó para decirme lo mucho que le había gustado la actuación. Fue emocionante. Iba caminando por las calles de Nueva York y su llamada fue una sorpresa de lo más inesperada. También me comentó que le había gustado mi sombrero y que tenía buen aspecto. Bob siempre viste con elegancia en los conciertos”.

 

 

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