ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Loading... por Marisa Gallero

«El seppuku»

«El seppuku»
Marisa Gallero el

El seppuku, más vulgarmente conocido como haraquiri, formaba parte del estricto código ético de los samuráis basado en virtudes como la rectitud y la lealtad, al que se entregan en cuerpo y alma ante la pérdida del honor. Metafóricamente, pocos son los políticos españoles que practiquen tal ceremonia cuando su honradez o solvencia están cuestionadas.

Durante tres horas en su Ejecutiva nacional, Ciudadanos hizo algo tan positivo como evaluar cuáles fueron sus errores, que no les ha permitido ser decisivos en la gobernabilidad del país. «Fue la campaña más de un presidente que de un aspirante», reconoció el número dos de Albert Rivera, José Manuel Villegas. Asumiendo que tanto el contrato único, como reformar la ley contra la violencia de género les pasó factura. Esos puntos no estaban nada claros ni para sus portavoces territoriales, como para transmitirlos a la opinión pública.

No estamos acostumbrados a escuchar autocrítica política, a reconocer que los resultados electorales demuestran que algo hicimos muy mal para que la gente no siga confiando. Puedes haber conseguido casi un millón de votos, pero si has pasado de 11 a 2 diputados, es un batacazo de Izquierda Unida que alguien tiene que asumir, y no sólo se soluciona con un cambio de siglas. El papel de Alberto Garzón en su Consejo Político Federal debería ser más humilde. O como bien escribe Cayo Lara en twitter: «Es curioso observar como algunos que son responsables de la herida no tienen pudor en ponerse la venda. ¿De verdad, vale todo?».

En este impasse, en el que parece que no pasa nada y se está removiendo todo, es el tiempo de los mensajes subliminales, de las «conversaciones discretas» del presidente en funciones hasta ver qué sucede en el debate de investidura. Del trayecto de Pedro Sánchez hasta Lisboa, que lejos de hacer el seppuku por el desastre electoral, está obstinado en ser presidente, y seguir los pasos de la coalición de Antonio Costa, jefe del Ejecutivo portugués. Será la primera vez que miremos hacía Portugal para salir adelante.

Mientras desde Andalucía, cual reina regente, Susana Díaz parece que tira la toalla y le da su beneplácito para una «alternativa» de izquierdas si Podemos renuncia al derecho de autodeterminación. Es de ser incrédulos, la formación de Pablo Iglesias no va a renunciar a nada. En lugar de sumar, multiplican. Y pelearán de momento por conseguir cuatro grupos en el Congreso: ganarán más tiempo en el Parlamento y un millón de euros más en subvenciones, igualándose al PP.

Por su parte, el Partido Popular arrastra de la pasada legislatura no tomar medidas contundentes cuando se le encona un caso de corrupción. La apertura de un expediente disciplinario por parte del Comité de Derechos y Garantías no da por zanjado el asunto de las comisiones de Pedro Gómez de la Serna, quién fue a Sevilla a tomarse un café con Javier Arenas. Allí le recordó que su comportamiento es «legal y ético», o como reconoció Mariano Rajoy: «absolutamente normal». Y quizá también le refresco la memoria de porqué le incorporaron por primera vez en las listas en las elecciones al Congreso de 2011. La pregunta en este lío es, ¿quién se haría el seppuku?

Lo que sí es cierto es que en política debería imponerse un código ético para devolver la confianza devaluada y algo tan fundamental como asumir responsabilidades.

Actualidad

Tags

Marisa Gallero el

Entradas más recientes