Tras Semana Santa, los diputados seguirán sin volver al Congreso hasta el martes 5 de abril, como si no estuviéramos en funciones. Claro que es más fácil pactar por unanimidad alargar hasta tres semanas el calendario de vacaciones, que alcanzar un acuerdo de Gobierno.
Mientras, volveremos a asistir a los movimientos de la partida de parchís empezada, cada partido concentrado en su propia jugada, ajenos a los problemas reales de los ciudadanos.
Mariano Rajoy sabe que la izquierda no suma, pero parece que no tiene ningún interés en mover sus fichas: todavía no ha llamado a Pedro Sánchez ni ha realizado ninguna gestión con Albert Rivera, abrazado al Partido Socialista. Y sorprendiendo con una entrevista en «Salvados», anunciada por Jordi Évole, con sonido de «cornetas» y redobles de «tambores», para el próximo domingo 3 de abril.
Ciudadanos sigue como estrategia sumar al Partido Popular para «garantizar la gobernalidad», aunque rechazan que el candidato sea Rajoy, pieza que los populares no están dispuestos a intercambiar por otra. Defendiendo que el acuerdo alcanzado con el PSOE «es incompatible» con la formación de Pablo Iglesias. ¿Se comerá por esta regla Podemos la ficha de Ciudadanos y se apuntará 20?
Los que se pensaban ver, se contentaron con una llamada y retrasaron tirar los dados hasta el miércoles 30 de marzo, por mucho que resulte «urgente» formar Gobierno y poner fin con el de Rajoy. Hasta qué punto Pedro Sánchez cederá ante las exigencias de Pablo Iglesias para conseguir ser presidente es una incógnita.
Durante la espera, Iglesias apuesta por cerrar la grave crisis interna con su número dos, Iñigo Errejón, todavía en «periodo de reflexión», esperando sacar de nuevo un 5 que le permita volver con fuerza al terreno de juego.
Por su parte, Sánchez intenta seguir siendo el cabeza de cartel, mantener su aura intacta, a pesar de la investidura fallida. Si no consigue ser presidente, Susana Díaz puede desbaratar toda la partida, si se perfila como su posible rival en el próximo Congreso socialista, y le disputa su liderazgo.
Como avisa Jaime Mayor Oreja, la jugada termina«el último minuto, en la prórroga, en la fecha límite alrededor del 2 de mayo, cuando todo parezca que está roto y no de tiempo a reaccionar».
Mientras, seguiremos escuchando el sonido de los dados.
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