Como un tanque. Entró en la Comisión de Investigación sobre la Financiación Ilegal del Partido Popular como si la moción de censura invocada por Pedro Sánchez fuera con ella. MarÃa Dolores de Cospedal de armas tomar. El argumentario del PP los tritura como una ametralladora. Lejos queda ya el trabalenguas de la «indemnización en diferido» que le perseguirá como la sombra de Bárcenas. «La indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido, y como fue una indemnización en difi… en diferido en forma, efectivamente, de simulación de… simulación o de lo que hubiera sido en diferido, en partes de una lo que antes era una retribución, tenÃa que tener la retención a la Seguridad Social, que si no hubiera sido…».
Lo negó todo. La caja B, «aunque lo diga un juez», los sobresueldos, los papeles y hasta la misma Gürtel, esa trama «con personas que hacen cosas». Casi convierte las iniciales de su marido, «López del Hierro», en ese señor del que usted me habla. Para ella es tan solo un apunte de la contabilidad de Bárcenas, que «López H» hay muchos. Lo mismo podrÃa pensar Celia Villalobos mientras la escuchaba de las siglas «Pedro A», que identificó en sede judicial como el gurú Pedro Arriola.
El pulso entre la secretaria general y el tesorero nombrados por Rajoy en el Congreso de Valencia del 2008 sigue latente. Es realmente la única que se ha querellado contra todo, como anunciaba Carlos Floriano, el de la piel, que se acercó por la Comisión para recordar viejos tiempos. También estaba Alberto Durán, el abogado que entregó al juez Pablo Ruz el informe que detallaba lo que le hicieron a los discos duros de los ordenadores que estaban custodiados bajo llave en la Sala AndalucÃa, un destrozo integral, con o sin martillo.
Hubo momentos de sargento chusquero. Se encaró con Artemi Rallo, del PSOE, retándole a repetir lo del falso testimonio en el patio del Congreso. «¡Acúseme fuera!». ¡A ver quién ha tenido los arrestos de llamar a MarÃa Dolores la chachá del PP! Ni de acusarla de no hacer acto de contrición. Lo intentó Toni Cantó, de Ciudadanos, pero Cospedal se enredó en el perdón y parecÃa que iba a declarar la guerra por ese pasado que no termina nunca y siempre está de actualidad.
El único momento que se sintió cómoda fue con una pregunta incómoda. Se la brindó queriendo hacer daño Gabriel Rufián, cada dÃa agotando más su personaje, a costa de la pierna de una de las vÃctimas del Yak-42 encontrada en un cementerio turco. Al de Esquerra se le olvidó que el primer éxito de la ministra de Defensa fue pedir perdón «en nombre del Estado» por la gestión de Federico Trillo del accidente. Le salió el tiro por la culata.
Lo que es cierto es que el Partido Popular vuelve al ataque. Y se defiende con la misma lÃnea de puntos que su tesorero encarcelado. «Ni el PP ni el Gobierno ha sido condenado por corrupción». Igual que Bárcenas ya no será más «Luis, el cabrón».
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