ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs El blog de Jorge Cachinero por Jorge Cachinero

Japón en el mar Oriental de China

Japón en el mar Oriental de China
Jorge Cachinero el

El mar Oriental de China es un brazo del Océano Pacífico que bordea el continente asiático y se extiende desde su noreste hasta el mar Meridional de China, al que está conectado a través del estrecho de Taiwán, que es el que separa a esta isla de la China continental.

Ambos mares, el Oriental y el Meridional, forman el mar de China.

El mar Oriental de China se extiende:

  • hacia el norte, hasta Kyushu, la más meridional de las islas principales de Japón,
  • hacia el este, hasta el archipiélago de Ryukyu, la cadena de islas japonesas que separa los mares Oriental de China y de Filipinas,
  • hacia el noroeste, hasta la isla de Cheju, frente a Corea del Sur, y
  • hacia el oeste, hasta China.

El mar Oriental de China ocupa una superficie de unos 750.000 kilómetros cuadrados y es, en gran parte, de escaso fondo, ya que casi sus tres cuartas partes tienen un calado de menos de 200 metros y su media es de sólo 350 metros.

No obstante, en la fosa de Okinawa, a lo largo de las islas Ryukyu, se encuentran sus aguas más profundas, que llegan, en su sección más honda, a los 2.716 metros.

Desde 2012, se han agravado las disputas geográficas entre las naciones que son ribereñas o se encuentran en el mar Oriental de China.

Los conflictos principales involucran a la propia China, incluida Taiwán, a Corea del Sur y a Japón y, entre todos ellos, destacan los que se mantienen entorno al estrecho de Miyako y a las islas Senkaku, en japonés, o Diaoyu –plataforma de pesca-, en chino:

  • Por un lado, el estrecho de Miyako separa la isla de su mismo nombre y la de Okinawa, en el archipiélago de las islas Ryukyu, y forma un pasillo naval de unos 250 km de ancho, ubicado en aguas internacionales, cuya importancia geopolítica reside en el hecho de que es la ruta que permite a China salir al océano Pacífico.
Estrecho de Miyako.
  • Las islas Senkaku o Diaoyu, por su parte, son un grupo de 8 islas inhabitadas – Kitakojima, Kuba, Minamikojima, Okinokitaiwa, Okinominamiiwa, Taisho o Kumeakashima, Tobise y Uotsuri, en sus denominaciones en japonés-, con una superficie total de unos 6,3 kilómetros cuadrados -la mayor, Uotsuri, tiene sólo unos 3,6 kilómetros cuadrados-, situadas a 90 millas náuticas al norte de las islas Yaeyama, en la prefectura japonesa de Okinawa, y a 120 millas náuticas al noreste de la isla de Taiwán, están controladas por Japón y son reclamadas por China, especialmente, después de que se encontraran yacimientos de petróleo y de gas bajo ellas.

Japón, la sexta potencia marítima más grande del mundo, tiene reclamaciones abiertas con la mayoría del resto de los actores regionales en la zona, ya sean Rusia, Corea del Sur o China.

1.- Con Rusia, Japón tiene abierta la disputa por la soberanía de cuatro islas, llamadas Kuriles, situadas entre Rusia y los territorios septentrionales japoneses.

Esta disputa se remonta al momento de la conclusión de la II Guerra Mundial, en el que la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ocupó esas islas, obligando, así, a los 17.000 residentes japoneses que allí vivían, en aquellas fechas, a abandonarlas.

Islas Kuriles.

De hecho, la fricción sobre este asunto ha impedido que Rusia y Japón hayan firmado, aún hoy, un tratado de paz formal tras la finalización de la II Guerra Mundial.

La disputa se complica, como suele ser la norma en todas las del mar Oriental de China, debido a la riqueza de recursos naturales que existen en esa cadena de islas -pesca y reservas de petróleo y de gas-, que ambos países, obviamente, desean controlar.

Como suele ser habitual en la diplomacia japonesa desplegada en esa región, Japón evita el conflicto directo y abierto con sus vecinos e intenta desbloquear ese tipo de situaciones mediante el ofrecimiento o la aceptación de proyectos económicos conjuntos a los países contra partes suyos.

Islas Kuriles.

En el caso concreto de las islas Kuriles, esta aproximación japonesa no ha funcionado para recuperar su soberanía sobre aquel archipiélago.

Sin embargo, en estos momentos, Japón y Rusia están colaborando en grandes planes compartidos, como es el caso del conocido como Sakhalin-2, uno de los mayores proyectos integrados de petróleo y de gas del mundo orientados a la exportación y el primero de gas en alta mar de Rusia.

El operador del proyecto, Sakhalin Energy Investment Company Ltd., es una sociedad propiedad de Gazprom -poseedor del 50% más una acción de su capital-, de Shell -de un 27,5% menos una acción-, de Mitsui -de un 12,5%- y de Mitsubishi -de un 10%-.

Proyecto Sajalín-2.

La infraestructura del proyecto incluye:

  • tres plataformas en alta mar, sobre los yacimientos de petróleo y de gas de Piltun-Astokhskoye y de Lunskoye,
  • una instalación de procesamiento en tierra,
  • 300 kilómetros de oleoductos en alta mar y 1.600 kilómetros en tierra,
  • una terminal de exportación de petróleo y
  • una planta de gas natural licuado (GNL) para una capacidad superior a los 11,49 millones de toneladas.

Sakhalin-2 es un proyecto innovador, ya que la plataforma petrolífera en alta mar Molikpaq fue la primera en instalarse en la plataforma rusa, las plataformas Lunskoye-A (LUN-A) y Piltun-Astokhkoye-B (PA-B) son las primeras de su tipo en colocarse en dicha plataforma y la planta de GNL es la primera en Rusia.

Por último, Sakhalin-2 abastece aproximadamente el 4% del mercado mundial actual de GNL y Japón, Corea del Sur y China son los principales clientes de sus exportaciones de petróleo y de GNL.

Japón continúa intentando, sin éxito, evitar la militarización rusa de las islas Kuriles, ya que, desde 2016, Rusia:

  • ha mejorado su infraestructura militar en la región,
  • ha construido complejos militares,
  • ha desplegado misiles antibuque en las islas y
  • la Armada rusa ha anunciado planes para construir un gran puerto naval en algún lugar de las islas Kuriles, que podría albergar buques de guerra y submarinos nucleares.

Las críticas de Japón hacia Rusia, en relación con su disputa sobre las islas Kuriles o, por otra parte, sobre el conflicto en Ucrania, están atemperadas por los importantes proyectos económicos estratégicos, como el Sakhalin-2, que ambas potencias comparten.

Asimismo, Japón siempre ha visto su relación con Rusia como un ejercicio de equilibrio ante la afirmación del poder de China en la zona.

Sin embargo, a la vista del partenariado estratégico creciente y “sin límites” entre Rusia y China, está por ver cómo reaccionará Japón, que, desde 1945, ha optado por la diplomacia discreta, suave y sin fricciones hacia sus vecinos regionales.

2.- Las principales disputas marítimas entre Japón y Corea del Sur son:

  • por un pequeño grupo de islas, que los coreanos llaman Dokdo y los japoneses, Takeshima, compuesto por dos islas principales y por numerosos afloramientos rocosos, que están situados, aproximadamente, a mitad de camino entre Japón y Corea del Sur y
  • por el control sobre las aguas marítimas en torno a la península de Corea.
Islas disputadas en el mar Oriental de China.

Esas islas tienen valor económico por la pesca en sus aguas adyacentes y por las reservas de petróleo y de gas natural que, posiblemente, puedan existir en la zona.

Sin embargo, su valor sublima lo tangible ya que las islas Dokdo/Takeshima forman parte del recuento histórico -los mapas y los documentos utilizados por ambas partes para apoyar sus reivindicaciones respectivas sobre ellas son anteriores al siglo XX- y del discurso político tanto de Japón como de Corea del Sur.

Durante la II Guerra Mundial, estas islas cambiaron de manos entre japoneses y coreanos.

Al concluir ese conflicto, Estados Unidos (EE. UU.) no dejó el asunto de la soberanía sobre las islas Dokdo/Takeshima resuelto en los tratados de paz correspondientes.

Esa indefinición empujó al presidente sudcoreano, Syngman Rhee, en 1952, a anunciar la “Proclamación de Soberanía sobre los Mares Adyacentes“, que acompañó con el trazado de una línea imaginaria que incluía las islas Dokdo/Takeshima bajo el control de Corea del Sur.

Islas Dokdo o Takeshima.

Posteriormente, en 1954, Corea del Sur consolidó su reclamación mediante la ocupación de las islas Dokdo/Takeshima y, a lo largo de los años posteriores, ha construido un muelle, un faro y varios cuarteles para la policía marítima y para el personal de la guardia costera.

Por su lado, la Armada de la República de Corea realiza ejercicios varias veces al año para demostrar su capacidad y su voluntad de defender las islas.

Así, la ocupación de las islas Dokdo/Takeshima por parte de Rhee se convirtió en una pieza crucial en la reclamación de Corea del Sur, dado que ha establecido un control formal sobre ellas durante más de 70 años.

De nuevo, Japón actúa en el caso de esta disputa marítima con Corea del Sur con prudencia, con realismo y con el ejercicio de la diplomacia y de la promoción del desarrollo económico conjunto -aunque con poco éxito hasta ahora-, ya que este asunto no es prioritario para los japoneses.

3.- Las fricciones marítimas más importantes para Japón, en estos momentos, son las que mantiene con China en relación con las islas Senkaku o Diaoyu, que son equidistantes de Taiwán y del extremo suroccidental de las islas Ryukyus.

Esta disputa -enraizada, como otras, en argumentos históricos, que, según los chinos, tienen apoyo en documentos del siglo XV- escaló, desde 1970, ya que la República Popular de China, Taiwán y Japón han presentado reclamaciones de soberanía ambiciosas sobre las islas.

El conflicto se agravó, en 2010, después de que una embarcación pesquera china embistiera contra dos patrulleras de los guardacostas japoneses cerca de las islas Senkaku/Daioyu y de que este incidente hiciera estallar el drama diplomático y político consiguiente.

Desde 2012, China incrementó la incursión de sus buques en las aguas contiguas -es decir, entre las 12 millas náuticas, que marcan el límite de las aguas territoriales, y las 24 millas náuticas, de acuerdo con el Derecho Internacional del Mar-, especialmente, después de que Japón decidiera designar a las islas Senkaku/Daioyu como territorio japonés, algo que China consideró una provocación inadmisible.

Asimismo, ambos países han aprobado, simultáneamente, legislación sobre la navegación de buques y sobre los derechos de pesca, que se ha convertido en arma arrojadiza entre Japón y China para defender sus posiciones e intereses respectivos.

Islas Senkaku o Diaoyu.

Esta disputa se sustenta, también, sobre expectativas económicas de futuro, que, de hecho, la agravaron, ya que, justo debajo de la línea mediana, equidistante entre las líneas hipotéticas de las 200 millas náuticas de las zonas económicas exclusivas de las dos partes, se han identificado dos campos submarinos de gas, cuya exploración podría provocar que los trabajos de uno de los países se extendiesen a la zona marítima del otro.

La disputa sobre las islas Senkaku/Daioyu es la de mayor riesgo en el mar Oriental de China y se encuentra en el centro de la tensión general entre China y Japón.

De nuevo, para evitar agravar el conflicto con China, Japón ha decidido, por el momento, no explotar los campos de gas identificados, aunque China, en su caso, sí lo está haciendo en uno de ellos, para lo que existe un acuerdo entre las partes a tal efecto.

Ambos países han declarado que no tienen intención de escalar esta disputa marítima entre ellos y han abierto una línea caliente de comunicación para evitar incidentes y malinterpretaciones.

La política japonesa sobre las islas Senkaku/Daioyu no es más asertiva porque son realmente islotes muy pequeños, aunque la preocupación de Japón es que China pueda reclamar, en el futuro, dado que rechaza la soberanía japonesa sobre las mismas, la suya propia sobre toda la plataforma continental en la que se asientan estas islas.

Los depósitos de gas están, sin duda, detrás de las disputas marítimas entre China y Japón.

4.- Por último, las fricciones existentes entre Japón y Taiwán son más sencillas y, por lo tanto, más fáciles de gestionar por la diplomacia japonesa, que, de forma pragmática, permite a los buques pesqueros taiwaneses acceder sin impedimentos a los caladeros de atún, su necesidad prioritaria, en una maniobra que Japón piensa, quizás, ilusoriamente, que podría ayudarle a abrir una brecha entre Taiwán y China.

 

EconomíaMundoOtros temas

Tags

Jorge Cachinero el

Entradas más recientes