ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs El blog de Jorge Cachinero por Jorge Cachinero

¿Qué fue a hacer Scholz en Pekín?

¿Qué fue a hacer Scholz en Pekín?
Scholz (i), Xi (d), Pekín, 16 de abril de 2024.
Jorge Cachinero el

NB: Este artículo es una versión distinta de la que fue publicada anteriormente en El Economista.

El Economista, 24 de junio de 2024, p.27.

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, visitó Pekín entre el 13 y el 16 de abril de 2024, al cumplirse el décimo aniversario de la firma del acuerdo de asociación estratégica entre los dos países.

El foco de esa visita fue económico y de negocios, aunque a ella subyacieron asuntos geopolíticos de importancia para Occidente.

El modelo de negocio de la economía alemana, que es como decir la europea, se había basado, durante décadas, en dos componentes esenciales, el suministro barato de energía rusa y el acceso al mercado chino para la exportación.

Ese modelo está cuestionado seriamente desde que Estados Unidos (EE. UU.) saboteara Nord Stream con la ayuda, al menos, de Dinamarca y de Polonia.

Sikorski, ministro de Asuntos Exteriores de Polonia.

La importancia de esa visita de Scholz a Pekín radica en esa necesidad de salvaguardar el mercado chino para las grandes empresas alemanas.

Scholz fue acompañado por los representantes de 12 grandes compañías germanas -BMW, Mercedes Benz o Siemens, entre ellas-, aparte de 4 ministros de su gobierno.

China es el primer socio comercial de Alemania desde hace ocho años y el valor de su balanza comercial anual supera ligeramente los $270 millardos, siendo las exportaciones alemanas de vehículos y de productos químicos un elemento crítico de la misma.

Alemania se queja de que los retos reguladores de la legislación china y el incremento de la competencia de las compañías chinas son una amenaza para sus empresas, a las que el gobierno alemán intenta proteger con sus políticas de reducción de los riesgos productivos.

Berlín reprocha a Pekín que las bajadas de precios, los excesos en los volúmenes de producción y las infracciones en la protección de los derechos de propiedad por parte de las compañías chinas no hacen más que socavar un entorno competitivo justo.

Alemania está intentando reducir la exposición de su economía y de sus principales compañías con respecto a las chinas y limitar su dependencia de éstas, ya que 5.000 corporaciones alemanas operan en aquel mercado.

Scholz fue cuidadoso con el tono que utilizó en Pekín para evitar consecuencias no deseadas para las empresas y para la economía alemanas.

La agenda política resultó ser tan importante, si no, más, durante esa visita.

El gobierno de Alemania definió a China como un socio, un competidor y un rival sistémico en un documento de 2023, que hace de guía a la política germana hacia Pekín.

Baerbock (i), París, 16 de mayo de 2023.

Esa conceptualización compleja que Berlín hizo de su relación con China no sólo es problemática, desde un punto de vista semántico, sino que, además, carece de credibilidad para el gobierno chino, dado que es sabido que el principal aliado de Alemania es EE. UU.

El gobierno chino sabía con anticipación que la visita de Scholz a Pekín era el preludio de la del secretario de Estado de EE. UU., Anthony Blinken, quien estuvo en Pekín del 24 al 26 de ese mismo mes de abril.

La diplomacia china, siempre exquisita en sus gestos, hizo todo lo posible para mostrarle a Blinken, tras la marcha de Scholz, que no era ni bienvenido, ni bien recibido, ni bien despedido por Pekín y Xi Jinping quiso exponer públicamente el hastío que le producía reunirse con el roquero de Kiev.

Blinken, Kiev, 14 de mayo de 2024.

Scholz mantuvo un encuentro personal con Xi que duró tres horas.

El canciller alemán fracasó en la misión que EE. UU. le había encomendado de trasladarle al mandatario chino que debía alejarse de Rusia y dejar de prestarle ayuda de cualquier tipo, de manera especial, la cesión de tecnología de doble uso o de equipamiento militar.

El intento de Alemania de colocar una cuña entre China y Rusia, entre Xi y Putin, hoy en día, es de una ingenuidad asombrosa y el canciller germano naufragó en ese intento.

Scholz encontró satisfacción en recurrir al pataleo para ventilar su frustración tras ese viaje, al revelar, dos semanas después de su regreso a Berlín, que tres ciudadanos alemanes habían sido detenidos como sospechosos de trabajar para la Inteligencia de China en Alemania.

 

EconomíaMundoOtros temasUnión Europea

Tags

Jorge Cachinero el

Entradas más recientes