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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Madrid, lo siento

Salvador Sostres el

Deplorable demostración de ignorancia, superstición y totalitarismo con el circo organizado en Madrid sobre el “cambio climático”. No hay mayor totalitarismo en nuestra era que el de la corrección política. No hay ninguna evidencia científica que sugiera que estemos ante un cambio y no un ciclo climático ni mucho menos que haya sido provocado por la acción del hombre. El medioambientalismo es un tarot, el ecologismo la religión de Hitler -fue el primero en legislar sobre los derechos de los animales, mientras encendía los hornos de Auschwitz- y vegetarianos y veganos son el gran ejército que la tristeza y el resentimiento tienen a su disposición para destruir todo lo hermoso de este mundo.

Me ofende el siniestro tropel de memos dispuestos a hacer seguidismo de cualquier majadería que se ponga de moda. Me ofende y me asusta qué fácil es hacer desfilar a las masas con cualquier sonajero, como el flautista a las ratas. El ecologismo, el independentismo, o el podemismo son la misma falacia basada en la misma mentira y en el mismo enemigo imaginario. Greta Thunberg, Puigdemont y Echenique son vuestro espejo. El espejo de vuestra inconsistencia, de vuestra majadería y de lo fácil que resulta timaros. Con cuatro puchinelis basta -el cuarto es cualquier feminista de fondo de armario.

No hemos aprendido a pensar, no hemos aprendido a ser libres. Ni del desastre que los fanatismos socialistas del siglo XX produjeron -el nacionalsocialismo, el marxismo y el fascismo, todo fue más o menos lo mismo- hemos extraído la lección fundamental de la importancia del pensamiento crítico, del peligro del gregarismo, del cáncer que para cualquier sociedad significa el dogmatismo y reducir al discrepante a la condición de enfermo o de monstruo en lugar de rebatirle con ideas -si es que hay alguna.

Son tan demenciales estos apocalipsis de tres al cuarto, tan irracionales las invocaciones de las siete plagas, y tan llamativo que sea precisamente la niña Greta Thunberg quien los lidere y los encarne, que cualquier persona inteligente y sensible tendría que reflexionar sobre la veracidad de lo que intentan que se trague. Es tan aparatosa la inmoralidad del discurso, y tan escandalosa su sintaxis, que la sospecha de la maldad tendría que ser la primera reacción del hombre civilizado.

Por la gran simpatía y afecto que siento por Madrid, lamento profundamente que sea estos días la capital mundial de trileros y charlatanes, de hechiceros de taparrabo y plumas danzando enloquecidos alrededor de una hoguera y ofreciendo sacrificios al sol y a la lluvia. Todas las mamarrachadas de la canción Imagine toman cuerpo estos días en Madrid. Lo siento. Qué drama.

Greta, Greta. Puigdemont y Greta. Echenique y Greta. El mismo populismo, la misma tara. Miradles bien. Éstas son vuestras promesas y vuestras soluciones, vuestros héroes. Esto es lo que sois. En el espejo de todas las frustraciones se realiza vuestra tragedia de hombre menguado. ¿Recuerdas la última vez que tuviste una idea? ¿Recuerdas la última vez que pensaste algo que no fuera de abajofirmate? ¿Estuviste solo alguna vez o fuiste siempre carne amontonada?

El cambio climático es otra causa de enganche -una más- para que la turba sin vida emocionante ni propósito pueda sentirse alguien y creer en algo -y toma nota: cuando por no no creer en Dios acabas creyendo en cualquier cosa, éste es el tremendo ridículo que haces.

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