Salvador Sostres el 25 jun, 2015 Hollande se ha indignado porque ha sabido que los Estados Unidos le espiaban. Cuando Hollande se indigna la Humanidad avanza. El indignado sería yo si los líderes del mundo libre descuidaran algo tan elemental como espiar a Francia. Todos pertenecemos a París de un modo u otro, pero Francia es un país que no ha perdido ninguna oportunidad de fallarle a la Historia y a la gran causa de los hombres libres. La Revolución Francesa sentó las bases de la rendición de Europa como cuna de La Civilización. Rousseau -Joseph de Maistre lo dice- es el hombre más equivocado del mundo. Y para siempre los franceses tendrán que cargar con el terrible peso de haber sido cómplices del asesinato de cientos de miles de judíos, y de aquel vigor con que la mayor parte de ellos levantó el brazo a los cinco minutos de la invasión. La Resistencia es un mito. Bellísimo. Pero un cínico e infundado mito. Hollande indignado, con su demencial política fiscal y sus ridículos flirteos, es lo mínimo que los Estados Unidos tienen la obligación de hacer para protegernos. Siempre nos ha ido mal cuando hemos dejado a alemanes y franceses sin vigilancia. Europa sin América es como si Jaime de Mora y Aragón hubiera tenido que pagarse los gastos. ¿Qué elegancia habríamos conocido? ¿Qué estilo? ¿Qué charme? A Francia hay que espiarla, hay que tenerla infiltrada como si de un gruyère se tratara. Lo mismo que Alemania, que aunque haya pagado una y mil veces su culpa, es mejor que se sienta siempre en deuda y vigilada, porque de la Historia hemos aprendido lo que sucede cuando va a su aire y quiere sentirse ancha. Los Estados Unidos tienen no sólo el derecho sino el deber de estar al tanto del más mínimo detalle, aunque sólo sea porque si nos metemos en líos serán ellos los que tendrán que venir a salvarnos. ¿O es que crees que Francia será capaz de mover un dedo por ti? ¿Cuándo lo ha hecho? ¿Tú ves a Merkel corriendo para salvarte? La verdad puede ser incómoda pero es crucial en un mundo en que el Estado Islámico ahoga a sus prisioneros en una jaula, o los decapita con explosivos o a machetazos. Los franceses pueden ofenderse todo lo que quieran, con la CIA o con este artículo, pero la vida vale más que el hipócrita orgullo de este tipo de países con más orgullo del que la supervivencia de Occidente puede permitirse. Espiemos a los franceses. Ayudemos a Israel. Y recordemos que América es lo que gritamos como desesperados cuando nuestra arrogancia europea se desvanece ante el menor peligro y nos deja desnudos ante nuestra debilidad y nuestra decadencia. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 25 jun, 2015