Salvador Sostres el 27 sep, 2015 HacÃa tiempo que no asistÃa a una tan intensa campaña de desprestigio como la que España ha sufrido en los últimos años. Como si fuéramos unos ladrones, y unos brutos, y unos zánganos. Como si el invento ya no diera más de sà y nos hubiera vuelto a todos desgraciados. Como si fuéramos culpables y la única solución pasara por negarnos, arrepentirnos y negarnos. Eppur funciona. Funciona España y al ritmo de un progreso admirable. Funcionan las familias, cohesionadas y solidarias. Funciona el Gobierno, paciente y mesurado, que nos ha sacado de una crisis que parecÃa que se nos iba a tragar. Funciona el genio de un paÃs con talentos que triunfan en el mundo entero y funciona España de puertas adentro, preferida por millones de turistas. Estamos viviendo el tiempo más magnÃfico de nuestra Historia, aunque vendedores de pócimas que encontramos en la calle, quieran hacer su agosto con tus disgustos momentáneos. Ésta es nuestra época más próspera, más feliz, la que más permite la esperanza. Desde el independentismo hasta Podemos, han construido un discurso tremebundo y perdedor, que poco tiene que ver con la realidad y que sólo se justifica por la necesidad que tienen de mantener en pie su tenderete y venderte placebos contra problemas inexistentes. Y mientras los independentistas han defendido con entusiasmo y disciplina su idea, España ha sido defendida con muy poca fe, con muy poco amor, casi siempre de un modo vergonzante o, desde el otro extremo, con esa deleznable euforia genital patriotera. Eppur funciona. Funciona una España real a la que acusan de liberticida pero que ha permitido que los independentistas hayan podido llegar hasta aquÃ. Funciona una España democrática y sólida, de la que se puede estar orgulloso por sus méritos notables y a la que hay que estar agradecidos por lo bien que ha superado sus dificultades. Entre los independentistas, los que odian más al PP de lo que quieren a España, y los que viven tan de espaldas a los intereses de la Humanidad y que son impermeables a cualquier prosperidad, hemos ingresado en el marco mental de la desolación cuando tenemos delante un paÃs fantástico. El independentismo ha sido rebatido con una tristeza, y con una torpeza, que prácticamente confirmaba sus tesis. Eppur funciona, funciona una España serena, amable que brilla y avanza incluso siendo disparada, con isólita insistencia, por sus propios soldados. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 27 sep, 2015