Salvador Sostres el 16 may, 2017 Demostramos quienes somos en el abismo, cuando la vida se pone difícil y nos aferramos a nuestra humanidad, a la verdadera esencia de lo que somos. Los restos del amor son también amor y cuando vivir duele entonces eres dueño en lo que vales. Tal como Shakespeare llevaba al límite a sus personajes también nosotros nos probamos en el extremo y descubrimos sentimientos que ni sabíamos que teníamos, lo firmes que son nuestras convicciones y si estamos a la altura de lo que siempre aconsejamos a los demás. El vértigo y la angustia son terribles compañeros de viaje, y el resentimiento, y el vacío que dejan de las despedidas; pero aunque creas que necesitas odiar para desahogarte, y hacer volar por los aires y en mil pedazos el pasado, el odio sólo añadirá dolor a tu dolor y todo lo que destroces tendrás tarde o temprano que remontarlo. Sólo el amor es la solución y sólo el amor te deja vivir tranquilo, aunque al principio te cueste respirar. Sólo el amor nos salva y sabe dónde encontrarnos cuando más perdidos estamos. Somos las banderas de todo lo que amamos incluso cuando las historias se acaban. Tenemos agujeros en nuestras vidas, agujeros en el alma, agujeros al otro lado de la cama y vivir es aprenderlos a cargar. Estamos solos en el centro de nuestras vidas y vayas donde vayas verás tristeza y calamidad. Pero podemos hallar la felicidad hasta en los más oscuros momentos si somos capaces de usar bien la luz. Los restos del amor también son amor y en el borde de lo que nos hiere descubrimos la última sinceridad de nuestros sentimientos. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 16 may, 2017