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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Tus regalos deberían de llegar

Salvador Sostres el

Algunas de las participantes en la Cursa de la Dona de Barcelona, el evento deportivo femenino más grande de Europa, se han quejado de que el pack de obsequios que recibieron era sexista, por contener, entre otros regalos, infusiones para la menstruación o para lograr tener un vientre plano, productos de limpieza, un pintauñas o revistas del corazón y de moda.

Primero hay que decir que quejarse de los regalos que te hacen es de muy mala educación. El feminismo, como cualquier otra queja, tiende a la grosería y estas participantes son ante todo unas malcriadas que en lugar dar las gracias por la bolsita nos han querido hacer una vez más el exhibicionismo de sus tontos prejuicios. La ingratitud es un vicio imperdonable. Un día me hice el desganado ante un par de camisas que mi abuela me había traído de Marbella y me soltó un par de muy considerables sopapos aunque ya tuviera 15 años.

En segundo lugar, la selección de los productos se hizo mediante una encuesta entre mujeres y por lo tanto cualquier ofensa es simplemente una opinión y no un agravio. Hay una histeria y un tonito que el feminismo tendría que ir rebajando, porque ni su agresividad representa a las mujeres ni siquiera a una forma elaborada y positiva de feminidad. La mayoría de mujeres mostraron su preferencia por unos productos determinados y así fueron obsequiadas. Sólo las resentidas y las amargadas de siempre se quejaron, con su ruda y grosera falta de gratitud ante un regalo: tendremos que empezar a darlas por descontadas.

Además, algunos productos que en la encuesta causaron un cierto rechazo, no estaban en la bolsa. Concretamente dos: la revista Hola y un pintauñas. Las participantes que igualmente los quisieron tuvieron que ser proactivas y dirigirse a pedirlos a los mostradores. Tanto el Hola como el pintauñas se agotaron.

Las mujeres tendrían que alzarse contra el minoritario grupo de feministas totalitarias que pretenden dictarles cómo han de sentirse y comportarse. Este feminismo ramplón, brutal y resentido sí que es humillante, y no que un señor te ceda el paso o te invite a cenar -porque los hombres pagamos. Este feminismo impostor e impostado, que se indigna por indignarse cuando como en el caso de estos regalos ha quedado demostrado que sólo representa a su amargura, porque las mujeress en general estuvieron encantadas con la bolsa de regalitos que les fue otorgada.

Hay chicos y chicas. Le pese a quien le pese. Dios así lo dispuso. Y nos queremos, y nos necesitamos. Pero somos diferentes. Las chicas agotan el Hola, el pintauñas y los tampax. Los chicos agotamos los balones, ciertos canales de Internet, y las sobremesas de cuando ya no se distinguen los gintónics. No es ni mejor ni peor. Es como es.

¿Que iba hacer yo con una infusión para cuando me venga la regla?

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