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Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

La odisea de elegir calzado deportivo. Que no te «vendan la moto»  

Pautas básicas para comprar unas zapatillas de deporte si te pierdes a la hora de elegir modelo

La odisea de elegir calzado deportivo. Que no te «vendan la moto»  
Alfonso M. Arce el

Hubo un tiempo en el que podíamos ir a comprar material deportivo y las cosas estaban claras, tenías la gama alta, media y baja. Punto. Tanto desde el punto de vista técnico, como del marketing, ahora la especialización es lo que prima. Se fabrican zapatillas perfectas para un uso concreto y en su diseño se tienen en cuenta las necesidades de aquello para lo que se van a utilizar, excluyendo otras. Y cuanto más técnico sea el material, más al extremo se lleva esta concepción del producto. La consecuencia inmediata es que por poco que nos guste practicar dos o tres deportes concretos, más material acumularemos. Es bien sabido que tener varios pares de zapatillas no es raro.

Si haces deporte de manera regular y estás interesado en el tema, es posible que ya tengas los conocimientos necesarios y hayas probado suficientes modelos como para saber que hay unos que te van mejor, otros que no te gustan, y de vez en cuando haces alguna prueba con resultados de todo tipo. Pero hay una gran parte de la población que para elegir zapatillas se fijan en el diseño, en si las lleva un deportista famoso, en la marca o en el precio, no siendo necesariamente lo barato lo que más se busca, porque no faltan quienes creen que una zapatilla de 180 Euros les convertirá en plusmarquistas.

Una leyenda: las J’hayber. En los 80 si tenías esto, lo tenías todo. Para correr, para jugar al fútbol y para saltar en charcos haciendo las veces de botas katiuskas. Lo que hiciera falta.

Hay gran cantidad de información sobre zapatillas, algunas muy detalladas, precisas y profesionales y justo por eso, muchas personas pueden encontrarse perdidas, ya que se están apuntando a un gimnasio tras diez años de vida sedentaria y cuando quieren comprarse unas zapatillas, les cae una charla sobre el drop, la sobrepronación y la nueva plantilla de tecnología espacial que aumenta la amortiguación como nunca antes se había conseguido bla bla bla… La realidad es que si llevas diez años sin moverte, tus problemas, suponiendo que hayas conseguido no tener sobrepeso, serán de resistencia cardiovascular, de fuerza y de movilidad y ninguna zapatilla (contando con un material de calidades mínimas, por supuesto) marcará la diferencia al principio.

Empecemos con unas consideraciones básicas:

  • El calzado de vestir con diseño deportivo no es calzado para hacer deporte. Cada vez hay más marcas, incluso de lujo, que sacan zapatillas para esos estilismos «casual» en los que mezclamos ropa de calle con unas zapatillas deportivas. Pueden ser muy cómodas y bonitas, pero no es material técnico adecuado.
  • La amortiguación no lo es todo. No se debe entender que cuanto más amortiguada sea una zapatilla, mucho mejor. Esta idea ha llevado a algunas marcas a sacar modelos con unas suelas que parecen camas elásticas. Ten en cuenta que una amortiguación excesiva te resta propiocepción, es altamente inestable para algunos ejercicios y puede que lejos de ayudarte, absorba una parte importante de la energía de tu zancada si no la aprovechas con una técnica correcta.
  • Es un error pensar que todo esto son poses tontas que no valen para nada y que con esas zapatillas de hace veinte años que tienes en el armario vas que chutas, porque «están perfectas». Siguiendo este ejemplo, ten en cuenta que tu cuerpo no es el mismo que hace veinte años. Seguro que hay coches de hace veinte años que siguen funcionando perfectamente pero ¿no crees que un vehículo actual aporta una serie de ventajas que hace veinte años no existían? Guardando las distancias, en una zapatilla pasa lo mismo.
  • No todo son las zapatillas. Conozco a mucha gente que lleva años quejándose de dolores en su planta del pie, en tobillos, en rodillas o inexplicables dolores de espalda. No paran de comprar zapatillas y probar modelos, pero oiga usted, no sé qué les pasa por la cabeza que en ningún momento consideran pedir consulta a un podólogo o un traumatólogo. Hay casos en los que una plantilla a medida de tu problema es tu única solución y solo un profesional puede decírtelo.
  • Deporte no es solamente correr. Evidentemente el gran mercado de las zapatillas es el del running. Y tiene sentido, dado que el desgaste potencial al que podemos someter a nuestro cuerpo si empezamos a meterle kilómetros y kilómetros acumulados de carrera, es comparable con pocas cosas. Pero si lo tuyo no es correr, las grandes virtudes de este calzado, no son tan relevantes para ti.

Bueno, vamos a ello. Quiero comprar unas zapatillas y me gustaría saber a qué debo prestar atención, en qué merece la pena gastarse dinero y dónde te lo puedes ahorrar. Como primer paso, quizás el ir tachando opciones que no te valen te ayudará en tu elección, vamos a empezar primero por ahí.

Las zapatillas técnicas específicas de una disciplina

No es lógico salir a correr con unas zapatillas de ciclismo ¿verdad? Suena obvio, pero no es raro ver a personas echando una pachanguita futbolera con unas zapatillas de tenis. O hacer absolutamente de todo con unas zapatillas de trail, que para eso tienen pinta de todoterreno. No es que estas zapatillas tengan nada malo, todo lo contrario, suelen ser fantásticas si las utilizas para lo que han sido diseñadas. De hecho y como decíamos al empezar, gracias a esta especialización de los modelos, suele estar más que justificado que todos tengamos más de un par de zapatillas, pero quitar de tu elección modelos específicos de algunas disciplinas que son irrelevantes para ti, inmediatamente reducirá las opciones de compra y despeja algo el camino. Para este tipo de material, hay que recurrir a especialistas. Es relativamente fácil que te asesore un vendedor en la compra de unas zapatillas de tacos para jugar al fútbol, por el contrario, me atrevo a asegurar que el 99% de los dependientes de tiendas deportivas no sabrían orientarte en la compra de unas zapatillas de esgrima. También es lógico.

En calzado especializado, lo mejor es que te pongas en manos de tu entrenador. Normalmente este público está muy comprometido con su deporte, por lo que se saben todo lo que tiene que ver con él. Desde la zapatilla, al último accesorio extraño que solo puedes comprar vía web y te lo traen de Australia. Pero estos consumidores, no dejan de ser un número residual en comparación con el gran mercado del calzado deportivo: las zapatillas mixtas de entrenamiento (ahora le añaden la palabra funcional) y las de corredores. Y aquí llega el lío.

Zapatillas mixtas o de corredor ¿Qué elijo?

Lo cierto es que las principales marcas tienen unos pocos modelos tope de gama con unas prestaciones y un uso muy definidos y claros para el que los quiera comprar, pero inmediatamente por debajo, hay un sinfín de diseños, gamas intermedias y zapatillas que no sabes si son lo que parecen hasta que las utilizas. Simplificando mucho, entre unas zapatillas para entrenar en un gimnasio y unas zapatillas de corredor tienes dos diferencias básicas, el nivel de amortiguación y el drop de la zapatilla. El peso de la zapatilla, desde mi punto de vista, es un tema anecdótico para cualquiera que esté empezando, lo veremos en último lugar.

En cuanto a amortiguación, como decíamos al principio, más no es necesariamente mejor. Si en tu caso haces 50 kilómetros semanales (que nadie coja esta cifra como algo exacto, es un ejemplo), el impacto acumulado para tus articulaciones sí que agradecerá la amortiguación. Si vas a hacer elíptica, bici estática y un circuito de pesas, el valor extra de la amortiguación de una zapatilla es absolutamente irrelevante. Si un día ves a un «colgado o colgada» haciendo sentadillas y/o peso muerto descalzos, que sepas que no están tan mal de la cabeza como crees. La amortiguación no ayuda para nada en estos movimientos.

El drop es, si cabe, algo que se nota tanto o más que la amortiguación. El drop es la diferencia de altura entre la parte del talón y la zona delantera. Te habrás fijado que casi todas las zapatillas tienen un talón más gordo y sus suelas se van afinando hasta la puntera, siendo las zapatillas de corredor las que más afilan este perfil, porque suelen añadir una curvatura hacia arriba que busca, en conjunto con la amortiguación, una ergonomía perfecta con tu zancada de carrera intentando que se pierda el mínimo de la energía que están produciendo tus piernas (menuda chapa estoy soltando). Un drop determinado, con una suela recta y rígida como un leño, concede a unas zapatillas de halterofilia una estabilidad perfecta para su disciplina. Una zapatilla de corredor pura, utilizada en una sentadilla pesada va a estar «pidiéndote» todo el rato que lleves el peso a la punta de tus pies. Si ya resulta complicado para personas que están empezando, conseguir hacer una sentadilla sin despegar los talones, con una zapatilla pura de running, es todavía más difícil.

Dos modelos famosos de Nike. A la izquierda las Vomero, a la derecha las Metcom. Las primeras para corredores y las segundas para los amantes del CrossFit y el entrenamiento funcional. Se aprecian las diferencias de diseño.

La buena noticia es que toda zapatilla, salvo las minimalistas de las que hablaremos al final, tienen drop y amortiguación y, además, a partir de una gama media, media alta, suelen tener el equilibrio perfecto para casi todo el mundo.

Hay otro factor que se utiliza mucho como argumento de venta de las zapatillas de running de alta gama y es el peso de quien la compra. Ejemplo, llega una persona con evidente sobrepeso a una tienda, y por este motivo se le recomienda la zapatilla con mejor amortiguación de una marca concreta, porque como pesas mucho, necesitas mucha amortiguación. Y no mienten, de hecho las marcas ya crean modelos con amortiguaciones especiales para corredores pesados. Ahora que hemos tocado el tema del peso, las zapatillas pesan y veréis en un sinfín de análisis que se hace referencia a lo ligeras que son un modelo u otro. Bien, cualquier zapatilla de calidad es bastante ligera, al menos más que suficiente para una persona como el 90% de la población, que normalmente se puede quitar sin pestañear un kilo de peso corporal con comer un poco mejor y hacer más ejercicio. No le veo sentido pagar un pastón por llevar la zapatilla más ligera y más amortiguada del mercado y después lastrarte tú con doscientos gramos de polvorones.

Las polémicas Nike Zoom x Vaporfly

Si todas estas cosas te suenan a cuento chino, te invito a saber un poco más de la polémica actual en torno a las Nike Zoomx Vaporfly, que explicó de maravilla nuestro compañero Jorge Sánz Casillas. Una zapatilla que parece tener efectos mágicos, tantos que se llegan a cuestionar las marcas obtenidas con dichas zapatillas. Esta polémica y sus matices técnicos pertenecen al ámbito profesional. Si eres una persona que ha decidido ponerse en forma y tienes un sobrepeso considerable, no debes empezar dándote palizas corriendo. Aunque te resulte extraño, en tu caso es bastante más importante de lo que crees el entrenamiento de fuerza y te puedes ahorrar unos euros, que es mejor gastarlos en un entrenador personal porque de técnica ¿alguien te habla?

Da un paso atrás y revisa tu técnica

No hay zapatilla en el mundo que corrija una mala técnica. Te puedes comprar unas zapatillas de halterofilia, unas de CrossFit o unas de running, la que quieras. Ninguna de ellas te va a enseñar a ejecutar una técnica perfecta de un deporte. Puede parecer obvio pero no lo es tanto, porque igual que nadie se pone a imitar a Lydia Valentín porque entiende que se va a lesionar, sí que es habitual comprarse unas zapatillas, las que sean, eso da igual; y lanzarse a correr sin ningún tipo de criterio. Si vas a una tienda en la que te hacen un estudio de la pisada te dirán eso, qué tipo de pisada tienes, pero no te van a dar una clase técnica.

Una buena técnica de carrera también hay que entrenarla y pulirla.

Tener una zancada redonda y llevar posiciones correctas cuando corremos, son consideraciones técnicas tan importantes como las que te pueden dar para hacer un peso muerto, una sentadilla o un press de hombro. Haz un pequeño examen de conciencia y te darás cuenta de que igual está más justificado que el primer mes inviertas en un entrenador personal y dejar el cambio de zapatillas para después. Al fin y al cabo, primero te apuntas a la autoescuela y luego buscas qué coche comprar.

La importancia del tipo de pisada en tu elección

Nuestra morfología particular nos hace movernos de una manera única. Hay personas que identificas por la manera de moverse. En la pisada hay tres grandes grupos en los que se englobaría todo el mundo, los pronadores, los supinadores y personas con pisada neutra. Te lo pueden contar de una manera muy técnica, pero haciéndolo fácil, la pronación consiste en caminar y correr sacando las puntas de los pies hacia fuera. La supinación es el fenómeno contrario, las puntas se van hacia dentro, y la pisada neutra es aquella en la que todo parece que va por donde tiene que ir, que no es estrictamente recto ya que de una manera natural cualquier persona tiene una ligera pronación al moverse. No sé si por este motivo u otro, la pronación es mucho más habitual que la supinación, pero tranquilos, hay modelos para todos.

Tipos de pisada y zonas de la estructura de la zapatilla en las que hay que se interviene en el diseño.

Cuando en una tienda te hacen un estudio de la pisada, normalmente te están hablando de la detección esa tendencia natural que tenemos cada uno de nosotros. Es bastante interesante y práctico, ya que hay casos en los que con una prueba bien fácil, ya puedes descartar media tienda, lo cual ayuda bastante. Afortunadamente hay un porcentaje considerable de personas que con una adecuada elección de sus zapatillas acaban sus molestias, pero puede que no sea suficiente y necesiten correcciones más especiales y para eso existen las plantillas. Cuando empiezas con plantillas la cosa se va complicando. Mi recomendación como mencionábamos antes, es que acudas a un podólogo o un traumatólogo y que te valore. Igual necesites unas plantillas a medida. Si es tu caso, la zapatilla que debes elegir es siempre la neutra, ya que es tu plantilla la que hará la corrección que tú y solo tú necesitas en tu pisada. Ten en cuenta que dicha pisada repercute en todo tu cuerpo, puede afectar a tobillos, rodillas, caderas o incluso a tu espalda o tus cervicales.

Calzado minimalista ¿Qué es eso?

Arrasando con todo lo que acabamos de contar, tendríamos la opción del calzado minimalista cuyo máximo exponente sería el de las zapatillas «cinco dedos». Como os digo, es una alternativa cuyo enfoque es radicalmente opuesto, ya que su propuesta se basa en que la amortiguación y la protección de nuestro calzado, poco a poco consigue inutilizar nuestros propios mecanismos físicos. Sería algo así como una corriente «paleo» del calzado deportivo. En términos evolutivos, fue ayer cuando los seres humanos se desplazaban, vivían, cazaban y sobrevivían sin calzado alguno. De hecho todavía hay zonas del mundo donde ir descalzo es habitual. Pues estas zapatillas buscan devolvernos a ese contacto con el suelo, con las irregularidades del terreno. Aunque sus beneficios son algo controvertidos, lo cierto es que acostumbrarnos a una única altura de tacón y a estar pisando con una cómoda amortiguación todo el santo día, tampoco es bueno. Caminar descalzos pero hacerlo por asfalto, por una pista de atletismo o el césped perfecto de un parque tampoco es equiparable al estímulo de correr descalzo por el monte huyendo de un depredador o una tribu rival. No es lo mismo, y quizás la clave no esté en el calzado.

Personalmente se me antoja imposible utilizar una de estas zapatillas, pero hay que abrir la mente y pensar que puede haber gente para la que sea muy cómodo y si no, convendría recordar al etíope Abebe Bikila el primer oro para África en unos Juegos Olímpicos al ganar la maratón de Roma 1960, con récord del mundo incluido… y hacerlo descalzo.

Abebe Bikila en el maratón de Roma de 1960.

Resumiendo

Es difícil escribir unas reglas de oro sobre calzado. Entre todo el equipamiento deportivo que puedas comprar, el calzado es el producto más personal de todos. Puede que lo que valga para ti no valga para nadie más. Si eres un deportista veterano, ya sabes qué elegir y qué no, y no necesitas que nadie te de la matraca contándote una y otra vez lo mismo. Si estás empezando y te pierdes en este océano de modelos y marcas, éstas serían las recomendaciones:

  • No te cases a una marca, pruébate varias en la tienda. Tómate tu tiempo.
  • En absoluto hay que comprar zapatillas tope de gama, pero tampoco escatimes.
  • Debes ser realista con el uso que le vas a dar y adecúa tu compra a la realidad, no a tus deseos.
  • El calzado se renueva, eso de unas zapatillas para toda la vida, no existe.
  • Que el diseño no te haga elegir una zapatilla que no es adecuada para ti.
  • Si tienes molestias que van más allá de lo razonable, acude al podólogo o al traumatólogo. Puede que necesites unas plantillas a medida.

La buena noticia, es que seguro que hay una opción que se ajusta a lo que necesitas. La mala, es que aun intentando separar el grano de la paja, seguirás teniendo unas cuantas opciones válidas que te harán dudar a la hora de elegir, pero llegados a ese punto solo hay un único camino válido, no es otro que probar. Que la fuerza te acompañe.

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