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Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

Levantar cualquier peso requiere técnica, no des por hecho que lo haces bien

Ser autodidacta en el deporte tiene muy pocas ventajas

Levantar cualquier peso requiere técnica, no des por hecho que lo haces bien
Alfonso M. Arce el

Todos tenemos claro que levantar una caja pesada del suelo puede hacernos daño. Lo curioso es que si a esa caja le ponemos forma de mancuerna o de barra y está en un gimnasio, nuestra percepción del peso cambia. La mayoría de personas que entrenan en un gimnasio suelen ser autodidactas, o saben lo que aprendieron en clases colectivas que, además de no tener demasiada supervisión, suelen priorizar la coreografía al ritmo de la música, a la técnica de los movimientos. No es exagerado decir que de cada cien personas que están en un gimnasio, solo tres o cuatro saben lo que están haciendo.

Podríamos argumentar que la revolución de Instagram y YouTube ha acercado la técnica a todo el mundo, eso que ahora se llama democratizar algo. Suena sofisticado, pero en algunos casos es un eufemismo de deformar y vulgarizar las cosas. Los mejores atletas tienen entrenadores. Además varios. Los entrenadores llevan años invirtiendo en formación y actualizándose con otros entrenadores. Ninguno de ellos aprendió viendo vídeos, menos si eran de una persona famosa socialmente y no un de atleta de reconocido prestigio. No se trata de demonizar a las redes. Gracias a ellas y la explosión de sistemas de entrenamiento como el CrossFit, se ha dado mucha más visibilidad a disciplinas como la halterofilia, el powerlifting o las competiciones de strongman, cosa que antes era propio de nichos muy especializados. El peligro de esta nueva realidad, es que son precisamente este tipo de levantamientos los que más técnica y tiempo requieren para ejecutarlos correctamente y con seguridad.

Necesitas una cabeza bien amueblada

El estereotipo del musculitos tonto es bastante chistoso. Es algo así como dar por hecho que cualquier persona sedentaria es necesariamente culta y erudita. Lo cierto es que querer aprender a hacer algo de manera perfecta, buscar los motivos por los que a ti no te sale bien y ser capaz de escuchar y seguir los consejos de personas que saben más que tú, requiere de cierta inquietud intelectual. En las pesas también. No tener la más mínima curiosidad por aprender los mecanismos que hacen posible levantar un peso, implica que no vas a entender el funcionamiento de tu cuerpo y su respuesta a determinados patrones de movimiento.

Yo escucho a muchas personas decir que tienen clase de paddle, cosa que está muy bien. Me sobran dedos en una mano para contar a quienes he escuchado decir «quiero dar una clase de peso muerto para aprender a hacerlo bien». Es posible que la culpa sea de una percepción desigual del riesgo. Un peso muerto tiene todo para ser un ejercicio temido, para empezar su nombre junta las palabras «peso» y «muerto»… Para echarse a temblar. Bien, me atrevo a asegurar que si haces peso muerto con un entrenador cualificado que supervise tu técnica es prácticamente imposible que te pueda pasar nada. En un partido de paddle, incluso con amigos, puedes romperte un cruzado o el tendón de Aquiles. No es lo habitual, ni debes dejar de jugar por miedo, pero hay que ser conscientes de que la seguridad absoluta no existe. La necesidad de una buena técnica a la hora de evitar lesiones en el deporte, es aplicable a cualquier ejercicio. Por ejemplo, puede parecer sencillo entrenar en una máquina de remo, pero en absoluto es así. Para saber cómo sacar el máximo a cada palada hay que entender la mecánica de dicho movimiento y qué fuerzas actúan en cada momento.

Si empiezas a hacer sentadillas con veinte años y uno de tus pies adopta siempre un ángulo incorrecto, cuando llegues a los cuarenta igual tienes cierto dolor en esa rodilla. La conclusión que sacan muchas personas es que la sentadilla es mala. Lesiva. Terrible. Y lo cierto es que esa persona ha acumulado miles de repeticiones durante años con un patrón de movimiento que le ha pasado factura. Si un entrenador se acerca amablemente a hacerte una corrección, el menos escucha y trata de entender si tiene sentido lo que te dicen. En un matiz que puede parecerte poco importante, quizás esté la diferencia entre mejorar o lesionarte a medio – largo plazo. Déjate aconsejar por profesionales, no seas impaciente y que la fuerza te acompañe.

Entrenamiento
Alfonso M. Arce el

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