Toda exposición ya sea de pintura o de fotografía se complementa con el apoyo de la publicación de un buen catálogo, principalmente en papel. Hecho que realiza la galería, fundación o museo que organiza dicha exposición. Es una forma de ver y adentrarse de manera reposada y exhaustiva en las obras de los artistas. Con esta publicación puedes llevarte a casa las “obras ” y observarlas tranquilamente apreciando cada obra como tuya sin tener que “sufrir” el tumulto o ruido que en el momento de visitar la exposición puedes llegar a experimentar en algunos casos. Con esto no quiero decir que no se visiten las salas de exposiciones, sino todo lo contrario, el exponerte ante una obra enmarcada y acompañada por otras muchas, que en ese preciso momento están vistiendo las paredes del museo o galería es una experiencia inigualable y muy enriquecedora que se debe realizar a menudo.
Todo catálogo se debe componer de unos buenos textos de figuras reconocidas del ámbito al que pertenezca la retrospectiva sobre la obra del artista, que ayuden de forma eficaz a contextualizar su obra y así entender lo que el artista sentía, padecía o quería transmitir con su arte, enriqueciendo y abriendo así, nuevos caminos de estudios y reflexiones.
Un buen ejemplo es la exposición organizada conjuntamente por The Art Institute of Chicago y The J. Paul Getty Museum en asociación con la FUNDACIÓN MAPFRE sobre el fotógrafo nacido en un pueblo Moravia en 1938, Josef Koudelka (hasta el 29 de noviembre de 2015 en Madrid sala Bárbara de Braganza). Como complemento a la exposición este catálogo editado por la Fundación contiene importantes contribuciones de Amanda Maddox, comisaria asistente del Departamento de Fotografía en el J. Paul Getty Museum, y Matthew Witkovsky, director y comisario Richard and Ellen Sandor del Departamento de Fotografía del Art Institute de Chicago y comisario de la muestra, además de los ensayos de Stuart Alexander y Gilles A. Tiberghien.
El catálogo está diseñado por el estudio Najbrt de la República Checa. Un diseño en el que replican las portadas dibujadas a mano de las carpetas de papel del fotógrafo como portadillas de los temas en los que está estructurada su obra. Una obra que se expone en varias series:
Primeras obras más teatro. Comienzos y experimentos. En estos primeros años, Koudelka estudió asiduamente las posibilidades de dar forma a la imagen fotográfica antes y después del momento de la exposición. Durante los años 1960, Koudelka trabajó por cuenta propia para las más importantes compañías teatrales checas, Divadloza Branou (Teatro detrás de la Puerta) y Divalo na Zábradlí (Teatro en la Balaustrada). En este papel Kouldelka desarrolló una nueva forma de fotografiar que implicaba la repetición y la visualización previa de la imagen.
Su primera serie importante fue Gitanos. En 1961 empezó a fotografiar en aldeas y campamentos gitanos que lo llevó a reflexionar sobre cuestiones como la nacionalidad o el sentimiento de pertenencia geopolítica.
El segundo trabajo importante fue Invasión, poco después de regresar a Checoslovaquia de un viaje por Rumanía, a donde había ido a fotografiar los campamentos gitanos, se encontró con que las fuerzas del Pacto de Varsovia comandadas por la Unión Soviética habían invadido Praga. Este trabajo puede explicarse también en términos geopolíticos como la plasmación de la brutal transgresión de la soberanía del Estado checoslovaco por las tropas soviéticas en agosto de 1968. La serie siguiente, Exilios, surgió del abandono forzoso de la que fue su patria convirtiéndose en un exiliado más sin patria como consecuencia de esta invasión y de la peligrosa popularidad que alcanzaron sus fotografías sobre este terrible acontecimiento. Finalmente acaba con su serie de panorámicas en las que experimenta desde 1986 para mostrar territorios minados, arrasados, marcados por las cicatrices de la industrialización, devastados por los conflictos y alterados por el tiempo.
Concentrarse en la noción de lugar en la obra de Koudelka permite entender que la falta de un lugar propio y los territorios en conflicto se encuentran entre los temas más queridos de este ingeniero aeronáutico de formación. La presencia de seres humanos y de sus conflictos están muy presentes en su fotografía.
Koudelka a través del prisma del diseño gráfico es como pueden definirse de un modo especialmente claro sus hábitos como fotógrafo. La tendencia a segmentar y reorganizar o reformular la realidad de una forma potente e inusual es algo frecuente entre los diseñadores gráficos. Como lo es su tendencia a repetir y replantar la información, tal y como ha hecho a lo largo de toda su carrera. El aspecto temático de Koudelka se inclina hacia el humanismo clásico de la imagen documental y su propio camino discurre entre los dominios del reportaje y de la fotografía como una de las bellas artes. Sus fotografías no describen las pequeñas y preciadas diferencias que nos distinguen a cada uno de nosotros de los demás, sino la circunstancia general que nos envuelve a todos.
Una de las características de Koudelka es que no suele documentar sus fotografías con pies de foto, llevando así al espectador, al visualizar su obra, a un estado atemporal en el que el tiempo se ha parado y se puede extraer cada foto de su contexto. Mientras que el fotoperiodismo normalmente necesita de lo pies de foto para situar la imagen, en el arte la evocación del misterio y la imaginación puede derivar de la ambigüedad; de hecho puede potenciarse al no identificar ese tiempo, el lugar. De algún modo Koudelka ha evocado la alegría, la pena y el terror de la vida en imágenes montadas y enmarcadas limpiamente. Su arte tiene el poder de hacernos ver al hombre como creador y destructor del mundo, siendo la dimensión ética de su trabajo más que evidente.
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