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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Entrevista a Montserrat Soto, fotógrafa

La fotógrafa barcelonesa, Premio Nacional de Fotografía, expone en el Real Jardín Botánico de Madrid

Entrevista a Montserrat Soto, fotógrafa
Retrato foto de Jordi Lafitte
Pablo Delgado el

A través de la fotografía podemos captar y transformar el mundo que nos rodea. Podemos observar, ver y pensar esas imágenes que se nos muestran y quedan encarceladas en un encuadre que el fotógrafo ha elegido meticulosamente o simplemente por azar. Es un medio, que desde que se creó allá por el año 1839 con los daguerrotipos, es capaz de captar realidades, contar historias y expresar a través de la imagen.

La obra de Montserrat Soto (Barcelona, 1961), Premio Nacional de Fotografía 2019 por «su interés en la investigación en el lenguaje de la fotografía y el vídeo, con el fin de llevarlos a un espacio expandido, subrayando el carácter ilusorio de los medios con los que trabaja», se centra en buscar transmitir un diálogo a partir de la imagen de ese espacio, lugar o paisaje, con el vacío como elemento fundamental.

Usuaria de la fotografía como medio de expresión artística. Sus imágenes logran compartir una contemplación buscada y reposada de aquello que muestra. Buscadora de espacios habitados y no habitados, abruptos, urbanos y periferias, su obra se puede ver actualmente en el Real Jardín Botánico de Madrid con Doom City, un atlas personal y visual, hecho de fotografía, vídeo, esculturas, banderas, libros… que comprende un periodo entre 2004 y 2019 en dónde reflexiona sobre el nomadismo y sus consecuencias sobre el hombre y el territorio.

¿Cómo llegó a la fotografía?
Cuando estudiaba pintura en la Escuela Massana hacia 1985, había una asignatura, en ese momento de concepto nuevo, que la impartía Jesús Prieto y que se llamaba «Procedimientos contemporáneos de la imagen» donde nos enseñaban fotografía y video. A partir de entonces nunca he dejado la imagen como medio de expresión.

¿Qué significa para usted la fotografía?
Es un medio, con un lenguaje propio. La fotografía tiene la estructura de un sueño, no tiene comienzo, tiene un relato de la imagen casi secreto, y no hay un final. En ese fragmento se abre lo ilimitado. Se establece una relación entre la imagen que esta presente y lo que permanece oculto.

¿Qué requisitos considera necesarios para ser un buen fotógrafo?
Que la imagen consiga provocar aquello que buscas.

Ha sido galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2019. ¿Qué le supuso recibir este premio?
Me sorprendió mucho, porque mis fotografías nunca buscaron una técnica perfecta, sino un dialogo a partir de la imagen. Gran parte de la fotografía histórica siempre ha ido unida a una «realidad» cuestionada pero extendida hasta la aparición de la fotografía digital. Desde el inicio de la fotografía digital he trabajado con ella y en esos comienzos había muchos rechazos, recuerdo que se la relegaba a «arte menor» porque la fotografía perdía «el objeto de culto» y lo difícil que lo tuvieron las galerías para introducir la fotografía en el medio. Por otra parte la «verdad» de la pureza del negativo estaba en muchas de nuestras aburridas y cansinas conversaciones. Aprendí a decir, para esquivar todas esas confrontaciones, que solo trabajaba con la fotografía. Era la manera de acabar con esas discusiones interminables sobre si había o no manipulación de la técnica. Para mí el premio me hizo pensar en cómo había vivido históricamente el proceso y aceptación de esta técnica.

Su obra se centra en el lugar y en el paisaje transformado, con el vacío como elemento preponderante. ¿Por qué?
Henri Lefebvre dice que existe una batalla entre la naturaleza primigenia y el hombre por el espacio. La comprensión de lo que es el espacio es uno de los temas que he trabajado constantemente desde mis inicios. Me ha permitido observar los signos de esa gran batalla. La fotografía trae al espacio expositivo la representación de esos paisajes e intento enfrentarlo para dialogar, no sobre el paisaje en si que presento, sino a partir de él. Normalmente son formatos de grandes dimensiones para que el espectador este envuelto por la imagen y el dialogo sea mas fácil. En muchas ocasiones utilizo el trompe-l’-oeil, para provocar esta reacción y están vacíos estos espacios para que el público no se sienta excluido de él. Si se colocara un personaje en la imagen, el espectador podría entender que es un espacio que pertenece solo al personaje retratado.

 

«Necesitas fotografiar para poder poseer esa información que unida a la experiencia de lo vivido permitirá analizar y confrontar con otras»

 

Cuando realiza la foto, ¿sabe que esa imagen va a ser mejor que otras por algún motivo? ¿Cómo sabe qué necesita fotografiar?
No, no lo sabes. Necesitas fotografiar para poder poseer esa información que unida a la experiencia de lo vivido permitirá analizar y confrontar con otras.

¿Cómo se consigue que una foto sea distinta, especial?
Cuando está bien seleccionada dentro de lo que estas trabajando. En el último trabajo que he hecho tuve que hacer libros con la misma imagen repetida para poder introducir todo lo que la imagen no decía. Quería poner todos los detalles confusos que había percibido.

Qué es más importante: ¿una buena técnica, una buena cámara o un buen ojo?
Un buen proyecto que te haga disfrutar y crecer y luego todo lo demás.

¿Cuál es el límite ético de la publicación de una foto?
Según donde estés, dónde lo publicas y con qué intenciones. No es lo mismo la presentación de la barrera o muro israelí de Cisjordania en Tel Aviv que en Siria. La censura y la autocensura es lo que practicamos según las leyes de cada comunidad o momento histórico. Solo tenemos que mirar un poco en nuestra memoria para ver como antes ver los pechos de las imágenes griegas no producían ninguna reacción de cesura en el siglo XX, y ahora la iglesia y las redes sociales con sus oscuros logaritmos, nos ponen denuncias y presionan a los políticos para que retiren las imágenes de las exposiciones. Otro ejemplo es la obra «Étant donnés» de Marcel Duchamp, que es aceptado en la gran historia del arte y como la performance del «coño insumiso» de hace un par de años inició un proceso largo, costoso, de denuncias por herir los sentimientos religiosos. No es lo mismo poner en Arco los presos del proceso de Cataluña que ponerlos en Barcelona.

Recuerdo que cuando proyecté en Siria una presentación sobre mi trabajo de Archivo de Archivos, y habiendo sido avisada previamente que no podía poner nada sobre Israel, introduje los archivos del Mar muerto porque los necesitaba dentro de mi discurso y el silencio se hizo aterrador en el instante que fueron proyectadas las imágenes de los documentos. Lo mismo me ocurrió en México y mi presentación en una exposición de la fotografía del muro israelí. No entendía qué pasaba hasta que me di cuenta que existía una gran comunidad judía que estaba presente en la inauguración.

 

«La fotografía es un medio»

 

Como fotógrafa profesional, ¿cómo ve el mundo de la fotografía actualmente cada vez más repleto de imágenes y cámaras semi profesionales al alcance de todos?
La cámara fotográfica se hizo con esa intención. Recuerdo la publicidad que había de las primeras cámaras de pequeño formato. Reseñaban la rapidez de la polaroid, la facilidad de compartir recuerdos familiares, etc.

¿Qué supone para una fotógrafa como usted toda la revolución tecnológica que llevamos viendo desde hace años? ¿Ha cambiado la forma de trabajar
Es una liberación de la imagen. Lo que me asombra es el nivel de cómo internet esta empoderando la imagen de una forma que me alerta. Por otra parte, los que trabajamos desde el inicio en la fotografía digital, vemos en nuestros trabajos iniciales la arqueología de la técnica, como al inicio aceptábamos la técnica como un collage, sin importarnos su perfección. Primero teníamos que capturar las fotografías, luego escanearlas con un sistema primario, trabajarlas con un ordenador que ocupaba toda una habitación y un programa que se llamaba Creator (Photoshop no existía) y que pagábamos carísimo la hora y luego volver otra vez a filmarlo, y finalmente pasarlo a negativo para ampliar la imagen. Al final del proceso lo que interesaba era la información que se transmitía. Ahora miramos las fotografías de esos años con extrañeza y me asombra como hemos cambiado la manera de mirar la imagen. 

¿Qué opina de la contraposición entre fotografía documental y la artística?
No creo que sean dos tipologías de fotografía claramente diferenciales para contraponerse. Hay fotografía documental que se presenta como artística y fotografía artística que parte de esa «realidad» que solo la fotografía documental pretende ser bandera. Es importante saber a la hora de querer confrontar, cuales son los objetivos de esa confrontación. Un claro ejemplo de fotografía documental lo podemos tener en el campo de la ciencia del universo. Por supuesto, esas imágenes hay que leerlas por cómo han sido coloreadas, pues en algunas el azul es más densidad de masa, y en otras, en cambio, han sido pintadas en rojo, ya que los originales vienen en forma de scanner de RX. Las imágenes que nos llegan son la interpretación de los datos, lo mismo ocurre en el campo de la medicina, es información que, si no nos colorean, no sabemos leer que es lo que vemos. Otro ejemplo son los encargos fotográficos, que en muchos casos hay que trasladar la información según la ideología y los objetivos que están detrás del que te ha contratado y eso lo resolvemos técnicamente con el enmarque y por supuesto saber escoger el instante idóneo que permita diferentes lecturas a un movimiento. En el momento que disparamos hemos cogido bando y esa objetividad atribuida a una imagen es cuestionable. Lo importante es saber con que intenciones se ha hecho.

Por otra parte, tampoco sabría decirte qué definición darías a lo que es la fotografía artística. Me imagino, quizás, que la atribuyes a intenciones de autor como característica específica y que recoge los espacios mas allá de la «realidad», y eso tampoco lo comparto en su totalidad porque el artista trabaja a partir del entorno. Hoy sabemos que la manipulación es parte de la información. Las discusiones sobre la veracidad de la fotografía pura han sido allanadas, pues como la escritura, cualquier imagen hay que contrastarla e interpretarla.

¿Sería capaz de dar una definición de ese momento en que pulsa el disparador?
Es un momento de tensión y de apropio. A.J. Wiertz en Oeuvres litteraitres escribió ya en 1870 sobre lo que sería la fotografía cuando la máquina alcanzara su madurez, dijo que los artistas le pondríamos «de repente la mano sobre el cuello, exclamando: ¡Mío!, ¡Ahora eres mío! Vamos a trabajar juntos».

 

«Lo que me asombra es el nivel de cómo internet esta empoderando la imagen de una forma que me alerta»

 

¿Qué reacción le gustaría que provocaran sus imágenes en el observador?
Una contemplación activa.

Robert Capa dijo algo así que si tus fotos no son suficientemente buenas es porque no estás suficientemente cerca. ¿Además de la cercanía física debe existir una emocional?
Por supuesto que te acercas a una imagen porque te produce atracción, repulsión o extrañeza.

¿Existe la foto perfecta?
Si se consigue el objetivo que se busca me imagino que puede existir la foto perfecta que lo represente.

Háblenos de su último proyecto que se expone en Madrid llamado Doom City. Del Ser nómada al Ser sin lugar. ¿Qué le llevó a visitar ciudades como Damasco, Nueva York, Sao Paulo, París, Madrid o Barcelona, entre otras? Cuéntenos el proceso creativo que consideró a la hora de realizar el proyecto.
Este proyecto no quiere hablar sobre ciudades específicas y su proceso de evolución y su recolección de datos no ha sido ni teórico ni con metodologías concretas. El propósito de Doom City ha sido intentar comprender al ser humano a través de su relación con el espacio y sobre el movimiento que da respuesta a su necesidad.

El desarrollo ha tenido varias etapas: En la primera etapa ha habido una preparación previa (búsqueda de información sobre las zonas a visitar); en la segunda etapa una recogida y registro de material sobre la zona seleccionada de una forma empírica; y en la última una reflexión del proceso que es el que produce y conlleva a la formalización de la obra tanto en su formato de fotografía, video instalación, esculturas, banderas o libros.

He creado un atlas personal, visual hecho de fotografía y video en un periodo entre 2004 y 2019. En este periodo hemos visto grandes cambios del poder en el mundo y Doom city ha intentado registrar las diferentes capas sociales y políticas que permanecían en las diferentes sociedades exploradas. El todo y la fragmentación yuxtaponiendo situaciones actuales fragmentadas (traídas aquí a partir de la interpretación de la fotografía) que pueden llevar a entrever, a accionar o a plantear, las complejas reacciones humanas a la supervivencia.

La puesta en escena o presentación de Doom City esta finalmente dividida en seis etapas de un recorrido o viaje que he propuesto: Reserva Tiempo Roto, Avenida de la legalidad de lo ilegal, Carretera al Imperio, Limbo bulevar, Avenida de la ilegalidad de lo legal y finalmente camino Infierno Ciego. Una cartografía del movimiento en donde he valorado tres dualismos: Libertad/Necesidad, Legal/Ilegal y Privado/público. Las etapas del recorrido de esta posible guía de viaje, que propongo en el proyecto de exposición, son legibles mas que visibles. Las fotografías forman parte de los signos contemporáneos que he propuesto, son enlaces o vínculos al entorno, son conexiones entre esto y aquello, entre un lado y el otro. Son etapas que se encadenan a través de las imágenes con escenas fragmentadas, son pequeñas señales de nuestro entorno que quizás nos permitan movernos de una forma individual y subjetiva entre las imágenes y sus signos con ramificaciones, con grietas, con vacíos y errores.

 

«Las imágenes que nos llegan son la interpretación de los datos»

 

¿Cómo valoró dónde puede estar la foto o la historia más interesante?
En la exposición he introducido unos paneles de como hago este proceso. El proyecto es muy amplio y no he podido presentarlo en su totalidad. Normalmente, coloco las imágenes representativas, que me hacen recordar todo lo vivido, una al lado de otra, con acciones y resoluciones para crearme confusión y provocación, en algunas ocasiones totalmente opuestas y en otras cercanas para traerlas a un mismo plano visual produciendome una reacción que posteriormente me han provocado historias, catalogaciones, viajes con sus recorridos, contracciones que acaban expandiéndose.

El proyecto es una búsqueda de la comprensión del ser humano a través de sus formas resolutivas tanto individuales como colectivas. ¿Por qué la imagen puede ser capaz de registrarlo y transmitirlo?
La fotografía es un medio. Encontrar en el entorno resoluciones colectivas, como por ejemplo, la aparición de espacios que dan cabida a todos los excluidos de los grandes planes legales de habitabilidad, como son las favelas de Brasil, los campamentos de Damasco, los barrios de Venezuela, los guetos de Namibia, etc… y que dan una estructura de desorden como respuesta a una evolución práctica, mayoritariamente ilegal, es algo que se puede registrar y la fotografía es un buen medio para ello, transmitirlo es lo que se puede hacer después de un proceso de reflexión hasta llegar a su formalización y presentación.

Para terminar. ¿Está trabajando actualmente en algún proyecto?
En octubre tengo una exposición en el CAB de Burgos. Presentaré una serie en blanco y negro integrada en Carretera al Imperio. Las imágenes parten de códigos reconocidos sobre el paisaje y los combina con otros códigos mas complejos que aportan las señalizaciones viales y que guían al espectador a escoger los espacios de dialogo sobre nuestra laberíntica articulación social.

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