Diseño de experiencias. Funcionalidad, placer y bienestar es el número 79 de la genial y completa revista para la cultura del diseño Experimenta. En este número trimestral pone el énfasis sobre una tendencia que lleva en los últimos años un crecimiento considerable, el diseño de experiencias en el usuario. En una sociedad como la actual, que se va moviendo por impactos visuales y experiencias que le reporten al consumidor un estatus, el diseño es el elemento o factor diferenciador, y por tanto, con una papel esencial para que un producto, sea del tipo que sea se diferencie de los demás, ya que ante tal repetición de los mismos productos, estos deben llevar algo que los diferencie y aporte un valor añadido de su uso, entonces ahí entra en juego la experiencia y el análisis del comportamiento.
«Los diseñadores no somos la excepción y también necesitamos conocer los metadatos que generan los consumidores y usuarios para realizar proyectos de Diseño de Experiencias. Dentro de poco tiempo se podrán obtener proyectos con equipos de Inteligencia Artificial (IA), pero para diferenciarnos los diseñadores debemos apoyarnos en atributos que no sean cuantificables, como son la creatividad y la sensibilidad, éstas deben de ser las herramientas para elaborar los relatos de los objetos, entornos y servicios que proyectemos. Debemos contar algo que emocione, que conmueva, que no sea previsible, que se apoye en elementos intangibles, con el objetivo de generar una experiencia de calidad, memorable y personal». Afirma en el editorial del número su director Dr. Marcelo Leslabay.
Son 142 páginas en las que se reflexiona de forma pragmática, didáctica, y sobre todo, muy enriquecedora para el lector, sobre la experiencia necesaria a vivir por y para el diseño. Con muy buenos artículos, como por ejemplo sobre Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista; con entrevistas: a Jorge Diez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich, en la que muestra su visión y experiencia en diseño de automóviles. Toda una sensibilidad en la que afirma que trata «de generar sensaciones (…), aunque la forma sigue a la función, cada diseño debe despertar algo distinto en el usuario. Muchas personas saben si les gusta un coche no, pero no saben la razón de ello. Nosotros debemos averiguar ese porqué, algo complicado debido a la subjetividad del diseño»; al artista, ilustrador, diseñador y escultor peruano, Rafael Lanfranco Gallofré; al famoso diseñador español Santiago Miranda, autor del libro Floreros (editado recientemente por Experimenta), y que define la faceta del diseño como «seductiva y sensual, que se presta al gran equívoco de considerar frívolo y oportunista lo que es complejo y profundo. El método italiano de unir ciencia y arte es universal porque corresponde al ser humano sin divisiones»; a los ganadores de la Mención Experimenta de la última edición de Producto Fresco, que se ha consolidado como impulsor de un movimiento post-artesanal... y además está su cita con la Historia del diseño.
El diseño sin Historia no es nada, por lo que este tipo de secciones recordando y fomentando la cultura histórica en el diseño son esenciales y vitales. Esencial para entender el presente y vital para afrontar el futuro. En esta sección con la introducción y traducción de Eugenio Vega del texto de Bernhard E. Bürdek, sobre los cincuenta años de la Hochschule für Gestaltung de Ulm. Una escuela en la que «por primera vez, se sentaron las bases para una ‘teoría del diseño’ que consistía no sólo en reflexiones teóricas sino también en aplicaciones prácticas. (…) El objetivo de la escuela era impulsar la producción industrial masiva de mobiliario de vanguardia, pero el problema de sus productos era que quedaban lejos de los estándares culturales de aquella época, la década de los años veinte, y no encontraron una acogida suficientemente favorable. Esto sólo cambiaría tras la Segunda Guerra Mundial, cuando los fabricantes de muebles, retomaron los diseños de la Bauhaus y los fabricaron en grandes cantidades a precios aceptables».
«En la ciudad de Ulm, junto al Danubio, en el sur de Alemania, se comenzó a concebir una escuela donde se promoviera una conciencia democrática y en particular antifascista». Desde las aportaciones del creador de la Bauhaus Walter Gropius en las la «investigación de la esencia» y el «análisis funcional», fueron los pilares fundamentales «para desarrollar una ciencia del diseño desde el punto de vista teórico. Gropius intentó aclarar las condiciones objetivas para el diseño de edificios y productos. Estas consideraciones fueron asumidas en la Hochschule für Gestaltung de Ulm por Hans Gugelot, y en la Hochschule für Gestaltung de Offenbach por Richard Fisch». «El verdadero trabajo de diseño se centraba en sencillos conceptos formales que parecían bastante adecuados para la masiva producción industrial. La diatriba en torno al ornamento fue resulta en Ulm en términos de funcionalidad».
Afirma Eugenio Vega en su articulo sobre «El diseño de experiencias en el Institut für Umweltplanung de Ulm», una continuación breve de la clausurada Hochschule für Gestaltung. «Una etapa final de la enseñanza de Ulm entre 1696 y 1972 que supuso la rectificación de las distintas prácticas educativas que habían convivido en la Hochschule für Gestaltung hasta 1968. Contradicciones del sistema económico que no podían dar satisfacción a las necesidades sociales de manera natural por lo que el diseño tenía que desempeñar un papel corrector para contribuir a una sociedad más justa. Era, por tanto, necesario un cambio en la concepción del diseño y en la manera en que se entendía sus enseñanza, de manera que la atención se centrara en las personas y en sus experiencias».
Por tanto, este número abarca como eje central el Diseño de Experiencias, un diseño que no es algo nuevo en su concepto y que ha surgido en la época de la tecnología consumista. Como disciplina está empezando. Ya en el siglo pasado se pensaba en cómo poder hacer un diseño de un objeto para que aportase algo más que cubriese una necesidad o que resolviese un problema. «La principal novedad que representa respecto al modelo de diseño tradicional es que estudia los aspectos psicológicos relacionados con el bienestar subjetivo de las personas con el objetivo de poder diseñar objetos y servicios que contribuyan a mejorar dicho bienestar. Así, no sólo se tienen en cuenta aspectos intangibles relacionados con la apariencia, utilidad y el propio uso de los objetos y servicios que diseñamos, sino que conseguir satisfacer dichos aspectos intangibles pasa a ser el objetivo principal del diseño», afirma Auir Retegui, profesor e investigador de la Universidad de Deusto. Continua el profesor en su artículo de «Diseño de Experiencias» que «el paradigma del diseño como resolución de problemas ha estado fuertemente influenciado por el desarrollo tecnológico, centrado en la creación de productos que satisfacen las necesidades de los consumidores. Sin embargo, en los últimos años un paradigma alternativo está surgiendo. Este contempla el diseño como una disciplina que posibilita experiencias humanas más allá de solucionar problemas. Esto es debido a la saturación de la oferta en el mercado global y la consiguiente competitividad y variedad de productos que se ofrecen. Así, el Diseño de Experiencias puede definirse como un enfoque que busca la calidad de la experiencia que el usuario tiene cuando interactúa con un producto, ecosistema de productos, servicio, sistema o espacio».
Además, como siempre, la secciones Zum (en la que se aborda una temática del diseño en forma transversal), se centran en el binomio, Diseño y Sostenibilidad: el diseño como interfaz amigable entre el hombre y su entorno. Completándose el número con una selección cuidada de los mejores proyectos que vieron la luz en 2018. Diseño Industrial, Gráfico, Social, Editorial… ademas de ilustración, fotografía, reseña de libros…
El diseño y puesta en página de la revista, una vez más, ha sido realizado por Marquez Diseño. Estudio argentino de Diseño y Comunicación Visual con más de 20 años de experiencia en el mercado profesional dirigido por Claudio Márquez.
En definitiva, un buen número para poner en orden ideas y conceptos -sin olvidar la Historia- en torno a un «tipo» de diseño que está proliferando en la actualidad para cubrir nuevas necesidades creadas por la industria tecnológica actual.
Experimenta 79 // 9,90 euros // trimestral // Otoño 2018
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